El clima y la despoblación ponen en riesgo a 300 pueblos

L.M. / Burgos
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Estos factores, unidos a la globalización, conforman un índice que deja a Burgos -y en especial a Bureba- como una provincia muy golpeada. Merindades tiene mejor pronóstico

El cambio climático no se traduce solo en fuertes sequías, sino en trombas de agua y granizo como la que asoló los viñedos de la Ribera del Duero en julio de 2022. - Foto: Valdivielso

La España vaciada y económicamente marginada es la más vulnerable de las cuatro «realidades» de nuestro país que identifica el último estudio de Fundación la Caixa. Formada por 2.858 municipios, de los cuales más de 300 están en Burgos, aglutina a los principales golpeados por la aceleración del cambio climático y la despoblación. Además, sus economías están condicionadas por la disminución de los precios pagados a los agricultores, el alza de costes o la competencia de los productos importados. Por si todo esto no fuera suficiente, tienen a su disposición infraestructuras sociales y viarias deficientes o que brillan por su ausencia.

Esta definición responde, punto por punto, a la situación actual que vive la provincia. Así se explica que el grueso del territorio burgalés, más de tres centenares de pueblos, se encajen dentro del índice de vulnerabilidad más elevado del territorio nacional -como toda la España vaciada- y solo las Merindades se tengan mejor pronóstico -aunque marcada por otra cruel realidad que indica la Fundación la Caixa, la de la España que resiste económicamente, pero se seca-.

La conjunción de los estragos que está causando la despoblación, los efectos ya patentes del cambio climático sobre el medio ambiente y los que provoca la globalización son el cóctel perfecto para que buena parte de las localidades burgalesas destaquen -para mal- en este informe. «La tasa de envejecimiento o el saldo vegetativo negativo es una realidad, hay una baja diversificación económica y los 'minifundios' de secano son cada vez mayores, por lo cual la dependencia de productos como el cereal, cuyo precio se ve muy influenciado por los mercados internacionales (ahora a la baja), es innegable», explica Sergio Villamayor-Tomas, del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB), en referencia a Burgos. 

Junto a sus colegas Daniel Gaitán, Beatriz Pierri-Daunt y Leticia Santos de Lima, y a Esteve Corbera, del ICTA-UAB y de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea), firman un estudio que muestra la delicada situación por la que atraviesa la provincia a nivel socioambiental. Las 27 variables que se han tomado en cuenta para generar este índice de vulnerabilidad dejan mejor resultado en los grandes núcleos -Burgos, Aranda y Miranda- y en las cabeceras de comarca, con una economía fuerte, un padrón más sostenido o mejores infraestructuras.

Sin embargo, en el medio rural los resultados son desoladores: el pueblo que según Fundación la Caixa peor parado sale es Carrias, en Bureba. Esta comarca es, sin duda, la más castigada al contar con siete municipios dentro de los diez más precarios. Su excesiva dependencia del campo de secano, la progresiva pérdida de vecinos o la falta de recursos provocan que también Reinoso, Santa María del Invierno, Salinillas, Berzosa, Vileña o Grisaleña se cuelen entre los principales implicados.

Evolución de la temperatura o la precipitación media en las últimas décadas, frecuencia de incendios forestales, índice de envejecimiento, porcentaje de menores dentro del padrón, conectividad por carreteras, porcentaje de explotaciones cerealistas de pequeño tamaño, pérdidas económicas asociadas a la disminución de precios recibidos por los agricultores, porcentaje de la población cubierta por internet o por centros de salud, escuelas, bancos, oficinas de Correos... las variables que comprende este complejo estudio son múltiples, y la conjunción de todas ellas arroja el resultado final que se muestra en el mapa adjunto.

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