El Gobierno de coalición del PP y Vox ya tiene listo su primer Presupuesto de la legislatura. Unas cuentas que vienen marcadas por el gran incremento del gasto corriente, que se eleva en algo más de 12 millones de euros fruto del encarecimiento de los grandes contratos, de los suministros energéticos y de la gestión de residuos. Un importante hándicap que el bipartito contrarresta sobre el papel reflejando la previsión de que logrará ingresar 16 millones más sin subir los impuestos y las tasas (al margen de la de Aguas, que queda reflejada en las propias cuentas de la sociedad), aunque, eso sí, mejorando al mismo tiempo la recaudación por esta misma vía (por un mayor uso de los servicios públicos). El Presupuesto de 2024 diseñado por el Ejecutivo liderado por Cristina Ayala se elevará hasta los 236 millones de euros, lo que representa un incremento del 7,03% respecto al de 2023.
Con un gasto corriente desbocado, el gran alivio para el equipo de Gobierno ha venido al conocer que los ingresos procedentes de transferencias corrientes (fundamentalmente por los tributos del Estado o por la llegada de fondos europeos) se van a elevar en casi 8,5 millones de euros (de 58,7 a 67,2). Pero aún faltarían otros 7,5 millones para poder cuadrar las cuentas sin sacrificar las inversiones, que incluso aumentan en el Presupuesto. ¿De qué manera lo consigue el Ejecutivo? Básicamente, los grandes números muestran que se espera recaudar, gracias a un mayor uso de los servicios, tres millones de euros más por las tasas y precios públicos (de 42,56 millones se pasaría a 45,54), que se confía en ingresar otros dos millones más por los impuestos directos (de 82,3 a 84,3 millones), otros 350.000 más por los indirectos (de 10,97 a 11,3 millones) y dos millones más por los intereses que generarán las cuentas remuneradas (por el dinero que hay en caja).
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