Ha costado mucho. Muchísimo. Más de tres años de negociaciones constantes entre la patronal, la Federación de Empresarios del Comercio de Burgos (FEC) y el sindicato UGT -ostenta la mayoría en la mesa donde también está CCOO- que ayer llegaron a su fin. Ambas partes suscribían a mediodía, tras varias horas de negociación en la que en algún momento todo estuvo a punto de saltar por los aires, un preacuerdo para renovar el convenio del comercio del equipamiento de la persona.

«Ha sido un carrera de resistencia», resumían fuentes de UGT, sindicato que convocó durante los pasados Sampedros varios días de huelga para presionar a la patronal. La línea roja de esta organización era no tocar el complemento por incapacidad temporal (IT), es decir, la prestación económica que perciben los trabajadores cuando se cogen una baja. UGT apostaba por dejar este subsidio en el 100%, mientras que los empresarios, en base al aluvión de incidencias que aseguran están notificando, apostaban por reducir la cuantía.

«Hemos primado la salud sobre el dinero», apuntan desde el sindicato. De este modo, la subida salarial prevista para los cerca de 3.000 burgaleses incluidos dentro de este sector alcanzará el 11%. El primer año de vigencia del marco laboral, 2021, se saldará sin aumentos, mientras que de cara a 2022 y 2023 el alza será del 2,5% interanual. Para el periodo 2024-2026, las empresas aumentarán los salarios a razón de un 2% cada doce meses. El resto sigue todo tal y como refleja el último convenio colectivo firmado por patronal y sindicatos.

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