El Ejecutivo autonómico pondrá en marcha este mismo mes actuaciones «experimentales» de quema de vegetación en cunetas de zonas «puntuales» donde se ha detectado una actividad más intensa de los topillos, como el eje que va de la comarca salmantina de Peñaranda a las comarcas segovianas de Cuéllar y Cantimpalos, pasando por la zona de Arévalo y Madrigal, en Ávila.
Pascual, que presidió la reunión del Comité Científico de la Comisión de Roedores, aseguró que, a pesar de estas medidas, la situación es de «absoluta normalidad» y las actuaciones que se ejecutarán son preventivas con el fin de evitar una situación de plaga como la que sufrieron muchas comarcas de la región en el año 2007.
Ante esta situación, y tras la quema controlada de pequeñas zonas -200 ó 300 metros de cuneta- que en los próximos días se realizarán en zonas muy concretas para conocer con exactitud la población, en el mes de octubre se procederá a la quema generalizada de cunetas y reservorios. Después, según explicó Pascual, en función de los resultados, será cuando se decida si se aplican venenos.
Pascual, que presidió la reunión del Comité Científico de la Comisión de Roedores, aseguró que, a pesar de estas medidas, la situación es de “absoluta normalidad” y las actuaciones que se ejecutarán son preventivas con el fin de evitar una situación de plaga como la que sufrieron muchas comarcas de la región en el año 2007.
En este sentido, la viceconsejera de Desarrollo Rural aseguró que no estamos ante una situación nueva y recordó que el pasado año ya se tomaron medidas para controlar un repunte puntual de la población en municipios de Tierra de Campos, especialmente en Osorno. «Nosotros no estamos preocupados, estamos ocupados en controlar el problema puntual que tenemos en estos momentos. Estamos en unas cifras que no tienen nada que ver como una situación de plaga», sentenció.
También aseguró que no existe preocupación entre los agricultores dado que la concentración de topillos se encuentra, en su mayor parte, en las cuentas de carreteras y caminos, y no hay daños en los cultivos. Además, matizó que, en ningún caso está previsto que se realicen quemas en rastrojos.
Pascual explicó que la Junta tiene establecidas 25 zonas de vigilancia en toda la región en las que se hacen controles periódicos que permite tener un conocimiento exacto de la evolución de la población de este roedor. Gracias a este sistema, en los meses de julio y agosto se detectaron unos altos niveles de concentración en municipios de las comarcas de Peñaranda, Arévalo-Madrigal y en zonas de Segovia como Cuéllar, Cantimpalos o Escalona, índices que se han mantenido o incrementado en algunos puntos en los primeros días septiembre.