Las pocas expectativas que el pequeño comercio manifestó al inicio de las rebajas de invierno parecen haberse confirmado en la recta final de la campaña. Los representantes asociativos del sector coinciden tanto en valorar como «flojo» este periodo de descuentos, el de mayor tirón para el sector, principalmente el del equipamiento de la persona (ropa, calzado y complementos), como en el motivo que argumenta su afirmación; la resaca de los bonos al consumo, cuya salida se retrasó en el tiempo hasta el pasado mes de diciembre.

En ese balance, las agrupaciones consultadas utilizan de igual forma el calificativo de «atípicas», además de que también hacen referencia a la meteorología y a esas horquillas temporales caracterizadas por un tiempo más propio de la primavera que del invierno burgalés. Además, realizan una diferenciación por fechas que difiere de la tendencia de años anteriores. Es decir, comenzaron con más tranquilidad de lo habitual y cogieron algo de fuerza a medida que avanzaba enero y llegaban a las tiendas las segundas rebajas.

«Los bonos al consumo se lanzaron en un momento inadecuado que ha perjudicado mucho el desarrollo de la campaña de ofertas», subraya la gerente de la asociación Centro Burgos, Belén Marticorena, en alusión a unas fechas que prácticamente coincidían con el inicio del periodo navideño y trasladando así el sentir de los comerciantes asociados consultados. En la misma línea, Borja García, de Zona G (Gamonal), pone como ejemplo la situación vivida por algunos de los empresarios del barrio, que no es otra que el hecho de que su facturación de octubre a enero ha sido inferior este año que en mismo periodo del pasado. «No han tenido la repercusión esperada», precisa respecto a la iniciativa municipal de unos cheques descuento en los que el cliente aporta el 60% del valor y el Ayuntamiento de la ciudad el 40% restante.

Niveles del año pasado. La portavoz del textil y del calzado en la Federación de Empresarios de Comercio (FEC), Meritxel Mérida, reconoce que ese ahorro no puede competir con el que suele marcar el inicio de las rebajas en las tiendas tradicionales, si bien se muestra optimista de cara a este remate final (acaban oficialmente el 29 de febrero) y asegura que al menos se ha mantenido el nivel de ventas en comparación con el año anterior, pero teniendo en cuenta que 2022 resultó peor que 2021.

El sector exige al Ayuntamiento una mayor celeridad y cuidado a la hora de sacar la próxima campaña de bonos al consumo, que respaldan abiertamente por lo que supone de activación de las ventas en el comercio minorista. En este sentido, tanto Marticorena como García recuerdan la idoneidad de que se ponga en marcha en septiembre u octubre, coincidiendo con la vuelta al cole y el arranque de la temporada de otoño-invierno, o al menos que concluya antes de la celebración del Black Friday o Viernes Negro de ofertas.

De cara a esta primavera-verano, los representantes del sector se muestran ilusionados al tiempo que prudentes, algo que se constata en una cautela a la hora de adquirir género que se viene repitiendo en el tiempo. Las dos asociaciones confían, además, en que la feria de estocaje que organizan conjuntamente, que se celebrarán el primer fin de semana de marzo en el monasterio de San Juan, permita liquidar excedentes y poder vaciar los almacenes de las tiendas.