Acostumbrados a las calurosas primaveras de los últimos años, las suaves temperaturas de este 2024 han provocado que muy pocos se acuerden a estas alturas de que en agosto del verano pasado, el recién nombrado concejal de Comercio, Raúl Martínez, se comprometió a que que las calles más céntricas y expuestas al sol, a imitación de lo que sucede en muchas ciudades del sur España, contarían con grandes toldos que generarían placenteras sombras a los viandantes.
Recién estrenado el verano, el también edil de Vox reconoce que en el área de Comercio han estado este año muy ocupados en asuntos como el traslado del Mercado Norte o los bonos al consumo y no han tenido tiempo para encargar un estudio sobre la conveniencia de colocar los toldos en calles como Sombrerería, la Paloma, Laín Calvo, San Juan, la Plaza Mayor, Huerto del Rey o una parte de la plaza del Rey San Fernando.
El asunto va más allá de pedir un presupuesto a varias empresas ya que en algunas ciudades ha hablado problemas con algunas comunidades de propietarios para obtener permiso a la hora de colocar los anclajes en las fachadas y otras veces es necesario contar con la autorización de Patrimonio. Muy probablemente si se quiere colocar algún elemento de este tipo en el entorno de la Catedral.
Aunque en otras ciudades se han colocado como Toledo, Málaga, Sevilla, Huelva, Córdoba, Murcia o Zaragoza hace años que se colocan estos toldos y no se conoce que hayan podido dar problemas, las cuestiones de seguridad también son importantes. Ya no sólo por el hecho de que un vendaval pueda llevárselos sino simplemente porque parece que lo primero que tienen que garantizar es el tránsito de los vehículos de emergencia. Seguramente los bomberos tendrían que informar sobre este asunto.
Hasta la fecha no se conoce que se haya anticipado ningún trabajo de ese tipo y el concejal de Comercio ya reconoce que habrá que esperar hasta el verano de 2025 para poder ver los toldos en las principales calles comerciales de la ciudad. Cabe recordar que también el PSOE llevaba una medida muy similar en su programa electoral.
Otro detalle que no es baladí es el de conocer el coste que pueden tener estos toldos para la ciudad ya que también será un aspecto a tener en cuenta. En otras ciudades se han realizado desembolsos de decenas de miles de euros e incluso de cientos de miles y en otras, como en Málaga, alguna compañía cervecera con presencia en la capital andaluza sufraga los elementos que se colocan en lugares como la mítica calle Larios.
El equipo de Gobierno carece aún de todos los elementos para poder evaluar si merece la pena colocar los toldos o se piensa que en Burgos no hace la misma temperatura que en Sevilla o Badajoz y bien pueden aliviarse los burgaleses y turistas con el extraordinario frescor de ese oasis que generan los plátanos del Espolón.