Borrón y cuenta nueva al frente de la Junta de Castilla y León. Vox consumó este jueves su 'ultimátum' al PP y oficializó su salida del Gobierno autonómico 24 horas después del comunicado de Santiago Abascal en el que ya dejaba entrever la liquidación del pacto en la Comunidad bajo el argumento de que la Junta había aceptado el reparto de los 21 menores migrantes. «Los acuerdos regionales están rotos, retiramos el apoyo parlamentario y nos pasamos a la oposición», sentenció el líder de Vox este jueves durante una rueda de prensa que llegó con 90 minutos de retraso y en la que el exvicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, posaba junto al propio Abascal, que anunció que los cargos de Vox irían anunciando sus dimisiones en cascada. Decisión con efectos inmediatos que se traduce en la salida de García-Gallardo y sus tres consejeros y la consiguiente quiebra del primer Ejecutivo autonómico de coalición PP-Vox en España y el segundo entre dos partidos en Castilla y León.
El otro efecto inmediato de la salida de Vox de la Junta de Castilla y León es que Alfonso Fernández Mañueco, por primera vez en cinco años, tendrá el control total del Gobierno autonómico para marcar, ya sin el corsé de Ciudadanos primero, y luego Vox, las líneas maestras para la acción del poder Ejecutivo. Y es que la amenaza desde Vox no medró el compromiso verbalizado por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, de recibir a los migrantes por «solidaridad»:«Castilla y León ha sido, es y será tierra de acogida». Un Alfonso Fernández Mañueco que este viernes comparecerá ante los medios para informar sobre la situación y las próximas decisiones que adoptará. Entre ellas podría estar las designaciones de los nuevos titulares de Empleo, Agricultura y Cultura, carteras hasta hoy en manos de Vox y que se quedan huérfanas tras las salidas de Mariano Veganzones,Gerardo Dueñas y Gonzalo Santonja a instancias de la decisión tomada por Santiago Abascal.
819 días
Una reunión en la cúpula de Vox a la que Juan García-Gallardo llegó con un ejemplar bajo el brazo de 'Sumision', una novela francesa de Michel Houellebecq que narra el ascenso al poder en Francia de un partido islamista, que acaba imponiendo su doctrina, anula leyes y planea hacer de la Unión Europea un nuevo «Imperio Romano» islámico. Toda una declaración de intenciones. Salida del Ejecutivo autonómico que ya se vislumbraba después de que los miembros de Vox en la Junta hubieran vaciado sus agendas públicas de este viernes y no tuvieran ningún acto programado pese a que el propio García-Gallardo tenía previsto acudir en Valpuesta (Burgos) a la presentación de la 'Actuación de Cohesión en Destino Valpuesta, Origen del Español'.
Dos años, dos meses y veinte días. Este es el tiempo que ha durado la primera experiencia de Vox en puestos de responsabilidad de un Gobierno autonómico. 819 días han transcurrido desde que el 20 de abril de 2022 Juan García-Gallardo tomara posesión del cargo hasta este jueves 11 de julio, en el que comunicaba su salida del Ejecutivo de coalición tras la crisis de los menores migrantes. Asumió una Vicepresidencia sin cartera desde la que ha marcado el ideario político de Vox en materias como la violencia de género, cambio climático, inmigración, aborto, familia, natalidad, memoria democrática o agricultura y ganadería con el lema electoral de «siembra» y causando no pocas polémicas.
Una decisión con la que arrastra tras de sí a los tres consejeros que Vox tenía sentados en la Junta de Castilla y León y que, a diferencia de García-Gallardo, se quedan sin reacomodo inmediato dentro de la vida política. Y es que el ya exvicepresidente autonómico es el único de los cuatro nombres que Vox logró colar dentro de la estructura autonómica que ostenta el cargo de procurador de la XI Legislatura de las Cortes de Castilla y León.
«Nos traicionaron en la defensa del derecho a la vida. Nos han traicionado colaborando con las mafias ilegales del tráfico de personas», llegó a escribir García-Gallardo en un mensaje en redes sociales el miércoles tras el comunicado de Vox, en el que, sin referirse directamente al PP, acusaba a su socio de Gobierno en Castilla y León de «traición» por tumbar el polémico protocolo antiaborto a principios de 2023, y ahora hacer lo mismo con la llegada de migrantes. El exvicepresidente autonómico defendió entonces la generosidad «infinita» de Vox «a pesar de los incumplimientos del pacto» de los populares.
Paso a la oposición
García-Gallardo dejará la butaca azul del Parlamento –reservada solo a los miembros del Gobierno de Castilla y León– para sentarse en las rojas y convertirse en el líder del Grupo Parlamentario de Vox. Movimiento que obligará también a reestructurar el propio grupo y el siempre delicado reparto de las dedicaciones exclusivas. De hecho, una vez consumado su trasvase a la oposición en las Cortes, García-Gallardo también podrá participar de las sesiones de control al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, durante los plenos. Algo que le convertiría en el segundo exvicepresidente con el que Fernández Mañueco tiene que enfrentarse en el 'cara a cara' parlamentario tras Francisco Igea.
«Gobierno útil»
«Si me pregunta mi impresión personal, yo creo que todos los que estamos en el Gobierno nos gustaría que siguiera funcionando y que siguiera siendo útil». Horas antes de conocerse la decisión final de Vox de romper el pacto en Castilla y León, el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, dejaba entrever que la «sensación» que tenía era de que, tanto el vicepresidente como los tres miembros de Vox dentro del Ejecutivo regional, querían seguir formando parte de la Junta de Castilla y León. Preguntado expresamente por el vicepresidente Juan García-Gallardo, que este miércoles acusó a los populares de «traición», mantuvo la misma respuesta: «Yo creo que si de él dependiera, seguiríamos trabajando». Y es que el también consejero de Economía y Hacienda aseguró que la reunión del Consejo de Gobierno había transcurrido en un ambiente de «normalidad y trabajo».