Ocurrió el lunes y se repitió martes, pero llueve sobre mojado a pesar de los 30 grados que marcaba el termómetro. Los viajeros del Tren de la Robla, que sale cada día de Bilbao en dirección a León y viceversa, acumulan incidencias que les obligan a realizar en autobús siempre el trayecto burgalés, entre la última estación vizcaína de Balmaseda, y la primera cántabra de Mataporquera. Atención al cliente de Renfe respondió que el problema se debía a «causas operativas, faltan unidades por avería o conductores». La respuesta oficial fue que el origen estaba en «algunas bajas entre el personal de conducción», pero «Renfe siempre garantiza la movilidad de los viajeros y facilita un transporte alternativo por carretera».
A ello se unen en invierno las incidencias climatológicas. En la tarde del martes casi 50 pasajeros hicieron el transbordo en Balmaseda al autobús. Sin incidencia también hubieran tenido que abandonar el tren eléctrico para pasar a uno diesel que sigue hacia León. Un perro, que si hubiera podido viajar en el tren con su dueña, fue alojado en la bodega del bus.
En Bercedo, se detuvo casi 20 minutos por motivos que los viajeros desconocen. Llegó a Espinosa con 6 viajeros con ese destino y 15 minutos de retraso. Pocos, comparados con los 50 minutos de retraso del domingo en dirección a Bilbao, como recordaba David, mientras esperaba a su mujer Lorena y a su hija Alexia.
Él lo tenía claro: «Tienen abandonado este servicio. Es un cachondeo para un servicio al día que dan». Este veraneante de Espinosa disculpaba las incidencias por la nieve. Pero no estos problemas en verano y recordaba como los viajeros en Espinosa ya se quedan muchas veces en la carretera, a 200 metros de la estación, y no llegan al andén en previsión de que venga un autobús en vez del tren. Otra anécdota que fue que su hija viajó gratis hace poco, porque no había operario para cobrar los billetes que solo se pueden pagar en metálico y ya en el tren, sin reserva previa, al considerarse un cercanías.
Rosa, quien se apeó en Espinosa, lamentaba que el bus las dejara en la estación para seguir hacia Pedrosa de Valdeporres pasando por la plaza Sancho García y ellas tuvieran que ir caminando más de un kilómetro en el mismo sentido. También se quejaba de la escasez de transporte público de Bilbao a Espinosa, «algo fundamental». Su compañera Ángeles recordaba tiempos mejores cuando «Renfe no andaba tan mal y no tenía tantísimos retrasos». En realidad, se acordaba de Feve, que gestionó hasta 2013 el Ferrocarril de la Robla.
Cristian Parra iba en bus Mataporquera para subirse allí de nuevo al tren. Asiduo de este trayecto y conocedor de sus incidencias, criticaba el «mal funcionamiento de un servicio público que pagamos todos» y explicaba que cuatro maquinistas completan el trayecto, uno de Bilbao a Balmaseda, otro hasta Mataporquera, el tercero hasta Cistierna y el cuarto hasta León.