Actuación fantasma en la piscifactoría

B.A. / Burgos
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Un error lleva a la Junta a incluir a Quintanar de la Sierra en un listado de inversiones en 2025. Recula al darse cuenta de que hace más de dos años que revirtió al Ayuntamiento

Paulino Marijuán muestra los tanques en los que quiere criar truchas y esturiones para obtener caviar. - Foto: f2estudio

La Junta de Castilla y León aprobó en un Consejo de Gobierno celebrado a final de año una inversión de casi 700.000 euros para distintas instalaciones piscícolas de la región durante 2025. En la lista había solo una burgalesa, la piscifactoría de Quintanar de la Sierra, donde pretendían acometer obras de mejora y conservación, y a donde finalmente no irá ni un euro. «Un error material» o «cosas de duendes», como explican desde la Administración regional, hacía que las serranas siguieran apareciendo en su lista, cuando hace ya más de dos años que revirtieron en el Ayuntamiento. 

Desde la Junta reconocen que «el traspaso al consistorio se tardó en hacer al encontrarse dentro de un Monte de Utilidad Pública» y que no saben por qué, pero «seguía apareciendo la piscifactoría de Quintanar». Relatan que las obras previstas eran «mínimas», de mantenimiento, desbroce y mejora de cerramientos y vallados en caso de necesitarlo y por cuestiones de seguridad y anuncian que «evidentemente y dado que se ha confirmado que se materializó el traspaso por parte de la consejería al Ayuntamiento y que a su vez este se lo ha adjudicado a una empresa, las inversiones en Burgos este año van a ser cero». 

Explican que la orden se dio en enero del año pasado, y que no fue hasta diciembre cuando se aprobó. «El error es no haberlo corregido durante ese tiempo, ya que aparecía Quintanar de la Sierra cuando no tenía que aparecer. Teníamos ese cartucho en la recámara por si acaso no fraguaba el traspaso al Ayuntamiento, como después hemos confirmado que sucedió». 

La Junta de Castilla y León explotó la piscifactoría de Quintanar de la Sierra hasta el año 2012. Un lustro después, entregó sus llaves al Ayuntamiento de Quintanar, entendiendo adecuada la reversión solicitada por éste. Después, el Consistorio y la empresa Quintanarlanza llegaron a un acuerdo en una segunda licitación de gestión por los próximos 25 años prorrogables. Poco ha sucedido desde entonces, ya que el adjudicatario continúa en una espera desesperada de autorizaciones por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero para poder abrir.

Cría de trucha y esturión. En lo que respecta a su futuro, Quintanarlanza apostó por hacerse con las riendas de este espacio para dedicarse a la cría de la trucha común y arcoíris, con la idea de cubrir los gastos, y centrarse en la producción del esturión, para obtener y comercializar el preciado caviar. De forma paralela, desde la empresa ya han hablado con varios cotos de pesca, e incluso con el Ayuntamiento de Neila, para suministrarles de truchas con las que repoblar. Igualmente habían iniciado contactos con posibles clientes rusos para venderles caviar. 

En la actualidad, la empresa se mantiene a la expectativa de la resolución por parte del organismo de cuenca. «Tenemos permiso para captar las aguas, pero seguimos esperando el que corresponde a la suelta de las mismas, por lo que no podemos empezar a funcionar», comentan desde la adjudicataria, que no entienden cómo cuando la instalación era explotada por la Junta de Castilla y León no había ningún problema y en el momento que surge una iniciativa privada aparecen. 

Desde Quintanarlanza lamentan la tardanza en la tramitación de la Confederación, ya que cada mes que transcurre sin tener los permisos para abrir supone una serie de pérdidas económicas para la empresa, que tiene que asumir gastos como el de la vigilancia del recinto, en el que ya ha invertido dinero en limpieza y puesta a punto.