A falta de apurar la cosecha en las últimas parcelas de cebada, los agricultores burebanos se preparan para trasladar la maquinaria a las de trigo con peores expectativas que las de hace apenas dos semanas. Aquellos que ya han comprobado in situ el estado de sus producciones confirman que la temida virosis, un virus incontrolable que ataca directamente a las plantaciones y las seca totalmente, ha arrasado más de lo imaginado, dañando «prácticamente por completo el 50%», expone a este periódico José María Díez, un joven agricultor que cultiva tierras en el entorno de Bañuelos de Bureba. Elías Plaza, de Terrazos, María Ceballos, de Quintanillabón, y José Manuel González, de Vallarta, son otros de los compañeros que confirman el peor de los presagios.
Las previsiones sobre una buena campaña de este cereal se desvanecieron en el momento en el que las plantaciones se secaron y mostraron su peor tono. Con solo acercarse a una finca y a simple vista, la diferencia entre los campos sanos y los afectados es notable. Del amarillo brillante de las espigas cargadas de granos se pasa al color oscuro, casi negro, en el mismo terreno. La infección causada por un saltamontes -popularmente conocida como el virus del enanismo del trigo- provoca síntomas severos incluyendo el crecimiento atrofiado de las plantas y un desarrollo limitado de hojas y brotes. La demostración a pie de campo es sencilla. Díez abre una de ellas y saca los granos. Para su sorpresa tan solo sale uno y vacío. Mientras contempla el panorama y con cara de preocupación se lamenta de que en los mejores casos aprovechará «dos toneladas por hectárea, porque el resto no vale».
Los trabajadores del campo, conscientes de que ante este problema «nada pueden hacer», se limitan a resignarse. La enfermedad también atacó en pasadas campañas pero en la actual ha arrasado con fuerza en la mayoría de las zonas burebanas. Plaza recuerda que Berzosa es una «bastante buena pero la virosis» también ha hecho de las suyas, al igual que en sus terrenos ubicados en Terrazos. «Las enfermedades no están cubiertas por el seguro y nos enfrentamos a una campaña bastante complicada económicamente hablando», afirma.
(Más información sobre este tema y sobre la plaga de topillos, y más fotografías, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos)