A la Comandancia de Burgos le ha costado casi un año recuperarse de la sangría de efectivos que sufrió en los últimos concursos de traslado. La Dirección General ha cerrado una herida muy abierta, pero con una tirita. El último proceso de movilidad ha sido muy favorable para la provincia. Serán aproximadamente 117 efectivos los que vengan. El problema es que la mayoría lo hacen forzosos y por un año. La experiencia previa hace pensar que pasado este tiempo, el personal elegirá otros destinos. La plantilla no está, ni mucho menos, al completo. Aún faltarían 100 agentes para completarla y el plan más inmediato es que en otoño se incorporen algunos de prácticas.
Pero volvamos al principio. En septiembre del año pasado, en la Comandancia de Burgos se llevaron las manos a la cabeza al ver cómo el concurso de traslados les dejaba la plantilla prácticamente en cuadro, especialmente en seguridad ciudadana, que son los efectivos que están patrullando por la provincia. De una tacada se quedaron sin 110 efectivos, una cifra pocas veces vista anteriormente. Desde la jefatura reconocieron que había sido un duro varapalo. Para asociaciones profesionales como la AUGC o Jucil, era algo que hacía tiempo que se veía venir.
La sangría de personal puso en el foco el eterno debate sobre la reestructuración de la Benemérita en Burgos. En la Comandancia se escucharon más que nunca voces que pedían una reorganización de cuarteles y efectivos para hacer la provincia un destino mucho más atractivo. En cualquier caso, a Madrid simplemente trasladaron la necesidad de cubrir las vacantes cuanto antes para poder dar un mejor servicio en los pueblos.
El debate llegó incluso a las Cortes Generales. Los senadores del Partido Popular pidieron explicaciones al Ministerio del Interior sobre el estado de la plantilla en Burgos. La respuesta no fue más que una radiografía sin una sola alternativa novedosa. Sí, había un déficit de unos 250 guardias civiles. La solución, destinar personal forzoso y recién salido de la academia.
La Dirección General hizo una primera apuesta en este sentido en enero, pero lejos de lo esperado por la Comandancia. Colocaron a la provincia en los primeros puestos de la lista de destinos para personal que debe elegir por primera vez. O lo que es lo mismo, agentes que llegan de manera forzosa al no obtener el que han solicitado. Pero por delante había otros territorios igualmente afectados, como Teruel, por ejemplo. Y eso perjudicó a Burgos. Sólo se cubrieron 31 plazas que habían quedado desiertas en el anterior movimiento.
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