La niebla engelante que presidió el cambio de año y las lluvias anunciadas para esta semana anticipan el comienzo del invierno en Burgos y borran la huella de lo ocurrido a lo largo de un 2024 que confirmó la tendencia climatológica de los últimos tiempos. 

Eso sí, el año se despidió con un par de matices. De un lado, llovió más. De otro, esta vez no se batieron los registros históricos relacionados con las temperaturas. Atrás queda un ejercicio que destacó por las precipitaciones registradas a lo largo de los 12 meses. A pesar de que diciembre fue muy seco, se superaron en un 10% las medias establecidas en el trentenio climatológico comprendido entre 1991 y 2020 según confirman las fuentes consultadas de la Agencia Estatal de Meteorología.

Los termómetros, por su parte, dieron un pequeño respiro. La media anual volvió a superar el promedio histórico de 10,7 grados pero, en esta ocasión, se rompió la tendencia de batir récords como hicieran 2022 y 2023, el año más cálido desde el inicio de la serie histórica hace 8 décadas. 

Ese curso dejó una media de 12,2 grados, por los 11,7 de un 2024 que también encontró su momento para hacerse un sitio en los libros de historia y en los apartados estadísticos más importantes de la Agencia Estatal de Meteorología.

El año comenzó con fuerza y el invierno de 2023-2024 fue el tercero más cálido, solo superado por los de 2019-2020 y 1989-1990. Tanto fue así que solo el 20 de enero se alcanzaron los 19,1 grados para superar el tope de 19 registrado en el mes que abrió el ya muy lejano año de 1944.

Febrero fue muy cálido con una media de 6,8 grados. Valga como referencia que en 2022 los valores medios del mismo mes apenas llegaron a los 5 grados y que la media histórica es de 4,1. Y aún quedó la traca final de un atípico invierno con la entrada de un frente cálido en las primeras semanas de marzo que hizo que Villafría anotase 24,6 grados para superar los 24,5 grados del 11 de marzo de 1957, hasta entonces el máximo.

La primavera rompió todas las estadísticas en 2023, pero en esta ocasión dio una tregua y detuvo la curva alcista gracias al impacto que dejó el paso de diferentes frentes fríos. De hecho, mayo estuvo por debajo de los registros históricos y junio se conformó con igualarlos antes de dar entrada a un verano que no resultó tan extremo como los vividos en el pasado reciente.

Julio dejó 21 grados de media, casi un grado menos que en 2023, mientras que agosto también estuvo un poco por debajo de las cifras de la primera mitad de la década. Con todo, ambos meses superaron con claridad las medias históricas de los días más calurosos del año.  El día más asfixiante se vivió el 10 de agosto, cuando el mercurio marcó 37,6 grados.

El adiós al verano y la llegada del otoño hizo que los termómetros, aunque fuera de forma testimonial, estuvieran por debajo de los valores considerados normales o habituales. En septiembre se alcanzaron los 14,7 grados, 1,4 menos que la media y 3,5 menos que el año anterior.

Noviembre atípico. Poco a poco el año se asentaba en sus días de menos horas de sol y las temperaturas descendieron, pero no lo suficiente para acercarse a los baremos tradicionales y octubre también dejó registros un poco más altos antes de dar paso a un noviembre que destacó por ser muy cálido. Tanto es así que en la primera semana ya se habían superado en 5,4 grados la temperatura media hasta llegar a los 12,2. Finalmente se llegaron a los 9,2 grados cuando la referencia histórica se establece en los 6,6 grados.

El año 2024 llegaba de forma inexorable a su fin y diciembre alternó días con temperaturas altas con noches muy frías. De esta forma, el año se despidió con 4,4 grados de media, lejos de los 7,2 registrados en 2022.

Las previsiones iniciales de 2025 avanzan que será, de nuevo, un año cálido. De momento, el mes de enero anuncia la llegada de agua para tomar el relevo de las nieblas de los últimos días.