Durante unos días entre finales de julio y mediados de agosto, el Ministerio de Cultura, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España, ha desarrollado una campaña de excavación en el Monasterio de San Pedro de Arlanza en la que han sacado a luz ciertas estructuras que van a ayudar a comprender mejor el origen y las primeras etapas constructivas del monasterio. Una de ellas, como se aprecia en una de las fotografías, es un muro de piedra que se encontraba en el subsuelo y que podría corresponder con la primitiva puerta de acceso al complejo monástico. 

La estructura descubierta, cuya posible existencia fue anticipada en otra campaña anterior en la que el equipo se sirvió de un georradar, se encuentra a la derecha del camino por donde en la actualidad se entra al monasterio, y está muy próxima a la zona donde se localiza la iglesia, uno de los espacios más deteriorados en la actualidad. 

Para poder documentar estas estructuras, el equipo multidisciplinar compuesto por arqueólogos y restauradores, ha llevado a cabo diferentes sondeos tanto en el interior como en el exterior del monasterio. Además, como señalan desde el Ministerio de Cultura, se ha prospectado parte de la finca con el fin de documentar gráficamente los tramos visibles de la cerca perimetral con contrafuertes que rodea los campos y huertas bajas. 

Tramo del acueducto para la conducción de aguas. - Foto: DB

En este sentido, se ha georreferenciando y fotografiando el conjunto y sus elementos singulares, como gárgolas o aliviaderos y la franja de terreno existente entre la fachada meridional del monasterio y el cauce del río Arlanza, documentando y estudiando los restos del sistema hidráulico que daba servicio a las huertas y campos de cultivo. 

Mediante esas catas realizadas en el terreno también se ha sacado a la luz el sistema de conducción de aguas en el claustro y restos óseos, también en este espacio. Todas estas actuaciones en San Pedro de Arlanza forman parte del proyecto arqueológico global que desde 2021 está llevando a cabo el IPCE en el monasterio y que tuvo como punto de partida la documentación mediante fotogrametría aérea con tecnología de espectro visible, térmica y multiespectral, y prospección geofísica mediante georradar 3D.