El pasado año realizaron por primera vez en Arcos de la Llana el entierro de la sardina para despedir el Carnaval y la gran participación vecinal ya permitía confirmar que se iba a convertir en tradición. Con una gran hoguera y tristeza se despedían los vecinos del pez, pero ahora se prepara para renacer más espectacular que nunca. Desde el centro cívico de la localidad pensaron en hacer algo más grande y para ello han encontrado la colaboración de dos vecinos que se las han ingeniado para que la celebración no deje a nadie indiferente. Eso sí, aún quedan días para completar el trabajo y hasta el martes 13 de febrero habrá que esperar para ver arder esta 'falla arqueña'.

La sardina que se está elaborando cuenta con cuatro metros de largo y cerca de dos metros de altura. Toda su construcción se ha llevado a cabo con materiales reciclados, fundamentalmente con cartones, periódicos y cajas de leche para las escamas. La base se ha ejecutado con maderas y todavía falta todo lo relacionado con la decoración y el ataúd. Ascensión García, vecina de la localidad desde hace seis años, diseñó en miniatura cómo tenía que quedar y avanza que aún quedan por añadir unos espectaculares labios rojos, unas pestañas de lo más llamativas, unas cuantas joyas para despedirse con mucho glamour y unas lágrimas para reflejar esa tristeza que supone despedir el Carnaval.

«El año pasado fue la primera vez que lo hicimos, que nos ayudaron los niños y las madres a hacerlo, pero a la gente le gustó y este año queríamos hacer algo más espectacular», explica Laura San Mamés, que reconoce que junto con sus compañeras del centro cívico quería impulsar esta actividad. Además, en esta ocasión los pequeños también van a colaborar con el diseño de unas sardinitas en miniatura para echarlas en el ataúd para que se quemen todas juntas.

Ascensión se declara una apasionada de las manualidades, desde el mimbre al ganchillo. «Esto no lo había hecho nunca, pero preparé una maqueta en pequeño en casa para ver cómo podía ir y lo hemos pasado a realizar en grande», expone. Hasta el pegamento es casero, puesto que se encarga ella de elaborarlo. Y junto a ella se encuentra Vicente Saiz, otro vecino de Arcos, al frente de la construcción.
Lo llevarán entre cuatro o seis jóvenes «para que luzca bien alto» y la gente siga la procesión, que irá desde el polideportivo hasta el río. «Que disfruten los niños, que al final es para ellos», resumen.