Plantearán alternativas para acondicionar el jardín del MEH

D. ALMENDRES / Burgos
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La recreación de la vegetación de la Sierra de Atapuerca puede trasladar una imagen descuidada

La filosofía de esta apuesta ofrece una imagen que puede resultar confusa para el visitante. - Foto: Sara Ibáñez

Es una cuestión que ya estuvo encima de la mesa hace una década y en las próximas semanas volverá a tratarse en profundidad en busca de una alternativa consensuada después de que aquel primer intento se diluyera con el tiempo. La concejalía de Medio Ambiente planteará algunos cambios en la composición actual del parterre que preside la entrada del Museo de la Evolución Humana y para ello contará con la opinión de los codirectores de Atapuerca y de la Junta de Castilla y León, propietaria del complejo. 

Este espacio natural es una recreación de la flora existente en la Sierra de Atapuerca, una idea que forma parte del proyecto diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg y que no ha acabado de asentarse en el imaginario colectivo porque puede trasladar al visitante la imagen de estar descuidado.

El debate, que gana y pierde intensidad de forma cíclica, existe prácticamente desde la puesta en marcha de uno de los grandes proyectos de la ciudad en el siglo XXI. Por eso, ya en 2010 la Junta se comprometió a instalar tres paneles informativos para zanjar las dudas interpretativas que este diseño pudiera generar en los ciudadanos, tanto a los burgaleses como, sobre todo, en los turistas. El entonces alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, ofreció al Gobierno regional que el Ayuntamiento asumiera la colocación de los pequeños murales explicativos, pero la Junta trasladó que eso corría de su cuenta.

Aquella declaración de intenciones se quedó en eso y los viandantes que desconozcan el porqué de ese espacio pueden llevarse una impresión equivocada. Por este motivo, en 2014 la concejalía de Medio Ambiente ya planteó una intervención profunda para cambiar la zona ajardinada del MEH.

El interés era doble, ya que además de la cuestión de imagen el Ayuntamiento quería sustituir la configuración asilvestrada por alguna solución más sostenible. Y es que la administración local aceptó la carga del mantenimiento del jardín al construirse el Complejo de la Evolución Humana, una tarea que hace 10 años ya se estimaba en 30.000 euros anuales. Del mismo modo asumió el gasto del aparcamiento, si bien en este caso también se queda con los ingresos de su explotación. 

La singularidad del parterre reside, precisamente, en mostrar con todo detalle las virtudes de la flora presente en la Sierra de Atapuerca. Sin embargo, en función de la época del año y de los trabajos realizados el efecto puede ser engañoso. El paso natural de las estaciones del año deja su huella en el espacio verde, cuya vegetación puede alcanzar un tamaño considerable como ocurrió la pasada primavera. Ese es su encanto y, a la vez, genera cierta controversia.

Por todo ello, el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento volverá a tratar este asunto y pondrá en común a lo largo de las próximas semanas la idoneidad de este diseño en un espacio tan transitado, turístico y representativo de la ciudad como es el Complejo de la Evolución Humana.