El portavoz socialista en el Senado, Ander Gil, subrayó hoy la importancia de que el desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña lo realice una empresa pública como es Enresa, sobre todo, en el contexto actual de "tanta zozobra" e "inestabilidad mundial" a causa de la pandemia de la covid-19.
"No hablamos de desmantelar un pabellón ganadero sino una central que tiene en este momento combustible nuclear gastado dentro de la instalación", indicó. Por lo que el socialista burgalés entendió que "dejar en manos del mercado, de empresas privadas que pueden verse sometidas a inestabilidades, aunque ojalá no, creo que no es buena idea" y reiteró que es "un acierto" que el Gobierno haya asumido en este momento este desmantelamiento "desde la asunción de una empresa pública".
El portavoz del PSOE en el Senado y las secretarias generales del PSE-EE de País Vasco y Álava, Idoia Mendia y Cristina González, respectivamente, compartieron una charla abierta en Facebook Live sobre el desmantelamiento de la planta atómica de Garoña, un día después de que Enresa presentara al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) la documentación para solicitar la autorización de transferencia de titularidad y de la primera fase de desmantelamiento de la central nuclear.
Así, una vez recibido el informe preceptivo del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), y previos los dictámenes e informes que correspondan, incluida la preceptiva Declaración de Impacto Ambiental (DIA), el Ministerio adoptará la oportuna resolución. Según las previsiones de Enresa, dicha autorización podría ser efectiva en 2022, momento a partir del cual comenzaría la ejecución material de la primera fase del desmantelamiento.
Durante esta webvinar, Gil tildó esta decisión de "coherente", "responsable" y "comprometida" porque, según relató, desde el Ministerio para la Transición Ecológica se pretende además "convertir este proceso en una oportunidad". "Lo que demuestra la coherencia de que un modelo de transición ecológica hacia un modelo distinto es una generación de oportunidades", resaltó, al tiempo que reconoció que en esta zona de influencia burgalesa "de despoblación y falta de oportunidades sabemos mucho".
Además, el senador socialista por la provincia de Burgos consideró que le parece "socialmente muy justo" que "quienes van a hacer frente al coste que el desmantelamiento va a suponer son quienes se han estado lucrando durante décadas de la explotación de la central nuclear". Y es que, según recordó, "el dinero va a salir de un fondo que han ido aportando las empresas energéticas que explotan centrales nucleares del país para que cuando se diera un escenario como este se hiciera". "Lo van a pagar quienes se han estado beneficiando de la central", apostilló.
El coste total estimado para las actividades contempladas en todas las fases mencionadas es de unos 468 millones de euros, que procederán del Fondo para la Financiación para actividades del Plan General de Residuos Radiactivos, que gestiona Enresa y que se nutre de la prestación que satisfacen los titulares de las centrales nucleares en explotación. En esta cantidad no se incluye el coste ya incurrido de construcción del ATI ni tampoco los contenedores para el combustible gastado.
En su intervención, Ander Gil relató que la central nuclear de Santa María de Garoña, con una potencia eléctrica de 466 MW, se inauguró en 1971 y cesó la generación de electricidad en diciembre de 2012. Por Orden del entonces Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital se le denegó definitivamente la renovación de su autorización de explotación en agosto de 2017.
"Se trata de un proyecto alternativo serio y creíble, máxime en un momento como éste", exclamó. Por ello, reconoció sentirse "satisfecho" y "contento" por el "buen trabajo responsable en este sentido". "La ciudadanía ve el fin de un ciclo y el inicio de un modelo energético distinto que además va a traer generación de oportunidades”, destacó. Finalmente, consideró “necesario” impulsar un modelo de desarrollo energético en el país y para eso, dijo, "hay que tomar decisiones dolorosas como cierre de alguna empresa", en alusión a Garoña, pero precisó: "Aún así, debemos ser coherentes y apostar por esa transición para impulsar un modelo energético diferente".
"Transformar la crisis en una gran oportunidad". Por su parte, la secretaria general de los socialistas alaveses, Cristina González, celebró que la ejecución material de la primera fase del desmantelamiento "va a traer más trabajo" y también, apostilló, "más tiempo para ver posibilidades de nuevos empleos y actividades en la zona". En esta primera fase, con una duración prevista de tres años, las actividades principales serán la carga del combustible gastado en contenedores y su traslado desde la piscina al Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la propia central, así como el desmontaje del edificio de turbina para acondicionarlo como edificio auxiliar de desmantelamiento necesario para la ejecución de la segunda fase.
"Son muchos años viendo las posibilidades que había cuando acabase su vida útil", relató, y agregó que "desde Álava se ha presionado para que la central desapareciera". Algo que, según expuso, les ha llevado a "recursos y debates sobre distintos aspectos de Garoña". "Es una buena noticia que esperábamos todos y viene vinculada a un proceso de muchos años, que va a dar trabajo a muchas personas y que nos va a dar tiempo a buscar una nueva alternativa a la zona en la búsqueda de nuevos empleos, otras alternativas y tipo de empleo verde para la zona", manifestó.
Finalmente, la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendia, destacó que a pesar de la "gran crisis" por la covid-19 "los caminos trazados por Pedro Sánchez podemos aprovechar y transformar la crisis en una gran oportunidad". "Y estas comarcas -afectadas en el desmantelamiento de Garoña (Burgos y Álava)- podrán ser oportunidades de nuevos empleos que generen valor añadido". "Estamos en un periodo plenamente abierto a muchas posibilidades y no debemos cerrar ninguna", exclamó.
Finalmente, la secretaria general de los socialistas vascos subrayó "la coherencia de los socialistas siendo Gobierno y siendo oposición" porque, dijo, el tema del desmantelamiento de Garoña es "el colofón a unas políticas coherentes que hemos ido llevando en las instituciones de Castilla y León, del Gobierno de España y del Parlamento Vasco, desde la colaboración y el alineamiento de las políticas".