La música y la muchedumbre han pasado, aunque para que todo regrese a la normalidad habrá que esperar un poco más de tiempo, en el que añadir jornadas de trabajo para el desmontaje tras el cese del espectáculo. Esta otra parte pasa desapercibida para un público que ya piensa en el año que viene, también para los que ayer dejaban el camping con cara de cansancio tras las noches de acampada. Más allá de eso, las tareas se acumulan en el recinto principal, donde ayer a pesar de la fiesta del día anterior amaneció pronto. Primero la limpieza de la explanada principal, porque a las siete de la mañana ya había quien se encargaba de retirar los desperdicios acumulados tras los conciertos del sábado.
En el Polideportivo de Anduva las tareas cuentan con una planificación clara, «porque el proceso es el mismo del montaje, pero al revés», indican en la organización. Así, remarcan que «los últimos en entrar son los primeros en salir», de manera que ayer desde las ocho de la mañana ya había operarios encargados de retirar los equipos audiovisuales «como son las luces y todo el sonido», puntualizan. Los técnicos se mezclaban con el personal de carga y descarga, «que también se encarga de la escenografía», añaden.
Hoy entrarán para desmontar la estructura del escenario, con la previsión de que «el martes por la tarde hayamos terminado», vaticinan. Entre medias, habrá que completar un montón de procesos, porque deben retirarse las vallas que perimetraban el recinto y dividían cada zona, también se deberán desmontar todas las barras, quitar los generadores, la terraza frente al escenario y los camiones de los servicios ubicados entre el pabellón naranja y la pista de atletismo (...).
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