El sistema de seguros agrario español está considerado como uno de los tres más exitosos del mundo, tan solo superado por el de Estados Unidos y el de Canadá. En nuestro país el grado de cobertura es por tanto muy elevado, haciendo posible que los agricultores y ganaderos hagan frente a situaciones extremas como la del pasado año, cuando se vivió el segundo ejercicio de mayor siniestralidad en la historia del seguro agrario, con más de 755 millones de euros y 1’4 millones de hectáreas siniestradas.
En este sentido, desde el sector mantienen que fue clave un entorno de comunicación transparente tanto con la administración como con los mediadores y los propios asegurados. Un proceso en el que destacan aspectos como la planificación, el uso de medios telemáticos, la profesionalidad de los peritos o la utilización de sistemas de información geográfica.
Todo este éxito alcanzado se debe en gran medida a las más de cuatro décadas de experiencia acumulada en el sector, desde que en 1978 naciese con el fin de proteger a los agricultores frente a los eventos climáticos que afectaban a sus producciones. Desde entonces ha ido creciendo y profesionalizándose logrando que el actual sistema se haya convertido en el mejor instrumento para la gestión de riesgos, lo que favorece al mismo tiempo en gran medida el sostenimiento de las rentas agrarias.
El sistema es también referente internacional como modelo sostenible y de éxito en la gestión de riesgos agropecuarios. Y es que si se tiene en cuenta el volumen total de primas, y de acuerdo a la estimación realizada por Munich Re en 2017, España ocupa el primer lugar en Europa y el sexto a nivel mundial, por detrás de Estados Unidos, China, India, Canadá y Japón, teniendo en cuenta que la mayor parte de estos países tiene una extensión y una producción agraria superior a la española.
En el caso de Norteamérica, y a diferencia de otros territorios, hay disponible una cobertura de ingresos para los productores, muy consolidada en el mercado, además de seguros multirriesgo para la cobertura de riesgos climáticos. Sin embargo, en el ámbito europeo, países como Francia, Alemania y Suiza destacan por la importancia del sector agrícola en su economía, mientras que sus programas de seguros son limitados.
En concreto, en Francia e Italia, existen seguros multirriesgo que cubren las pérdidas ocasionadas por pedrisco, viento, helada, sequía o inundaciones, aunque, a diferencia del sistema español, las subvenciones están cofinanciadas con fondos europeos de la Política Agraria Común, con un límite de cobertura del 70% de los daños.
En este sentido, España destaca como uno de los países con mayor variedad de producciones y riesgos cubiertos y con un mayor nivel de coberturas disponibles, que se sitúa entre el 70 y el 90% en función del riesgo y de la opción de aseguramiento elegida.
De hecho, en cuanto a los niveles de implantación, España se sitúa por encima del 70% en algunos sectores productivos importantes, como es el caso de la fruta, los herbáceos, el plátano o, en ganado, la retirada y destrucción de animales muertos; y en otros, alcanza unos niveles medios, entre el 40 y el 50%, como ocurre en cítricos, viñedo, hortalizas y vacuno.
Las claves
El sistema español de Seguros Agrarios Combinados es un sistema maduro y estable, que además ha sabido evolucionar y adaptarse a la realidad del sector. A lo largo de estos años, la oferta de productos y de coberturas ha aumentado sustancialmente. En la actualidad, hay disponibles 27 líneas de seguro agrícola y 12 ganaderas, que ofrecen cobertura para la mayoría de producciones agropecuarias frente a la práctica totalidad de los riesgos climáticos que les puedan afectar. Existen, además, tres líneas de seguro para producciones acuícolas y una línea de seguro para producciones forestales.
Desde la Agrupación Española de Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados S.A. (Agroseguro) explican que su actividad está basada en la intervención conjunta de instituciones públicas y privadas, que tiene un carácter voluntario y que cuentan con subvenciones estatales para el pago de la prima. Además, actúan en combinación con el pool de coaseguro, en el que, actualmente, participan 21 compañías, junto al Consorcio de Compensación de Seguros, para encargarse de la gestión de los seguros agrarios. Por lo tanto, no se trata de una entidad aseguradora, sino una entidad de gestión.
Así, el alto nivel de especialización y desarrollo de los seguros agrarios en España, que se traduce en la variedad de producciones y riesgos cubiertos y en un mayor nivel de coberturas disponibles, junto con la participación de Agroseguro, ha hecho que el actual sistema sea uno de los más exitosos del mundo. Además, se ha convertido en un pilar fundamental de la política agraria en España y una herramienta muy eficaz para la gestión de los riesgos no controlables por los productores que, además, tiene como objetivo garantizar la viabilidad económica de las explotaciones agrarias.