Se llama Rodrigo, tiene treinta y pocos años y el pasado 6 de diciembre se decidió a denunciar las agresiones que ha sufrido por su condición de homosexual. Para ello se personó en Comisaría acompañado de un amigo, que fue testigo de cómo ese día un joven comenzó a propinar empujones a Rodrigo que le provocaron, al menos, tres caídas al suelo, mientras le insultaba gravemente: «Maricones, sois lo peor, sois un desecho», es una de las frases que le dedicó. Una vez frente a la Policía Nacional relató otros asaltos anteriores de los que ha sido víctima, detallando que son casi siempre los mismos chicos quienes le insultan, y no solo a él.
Los hechos ocurrieron en el Paseo de la Isla, pero también se están dando con frecuencia en zonas de ocio juvenil como las LLanas y La Flora. «Yo no tengo ningún problema por denunciarlo pero sé que hay otros chicos que nunca lo van a hacer porque en sus entornos no conocen su condición de homosexual y sienten mucho el peso de la homofobia. También hay muchas personas mayores que están siendo agredidas y que jamás lo denunciarán por sus circunstancias familiares y quizás de esto se están aprovechando los agresores», explicó ayer a este periódico.
Rodrigo no cree que los actos vandálicos -que, según datos que maneja el colectivo gay están creciendo exponencialmente en toda España- estén vinculados a grupos ultraderechistas: «Más bien creemos que se trata de chavales que van algo pasados de sustancias y que no tienen otra forma de ‘divertirse’», señaló este afectado, quien animó a otras personas a denunciar y resaltó el «apoyo y el buen trato» que recibió por parte de la Policía Nacional cuando fue a presentar su caso.
En su denuncia quiso señalar que, además, ha recibido amenazas de muerte por parte de las mismas personas en el mes de mayo y en septiembre y siempre en el Paseo de la Isla y en calles de bares de copas.
Rodrigo está convencido de que la educación tiene mucho que ver en que chavales tan jóvenes demuestren estas actitudes tan intolerantes: «Creo que los críos tienen que ser educados en el respeto; si se hiciera hincapié en esto quizás ahora no estaríamos hablando de agresiones como las que se están produciendo en Burgos». En este sentido, en el texto de la denuncia dejó constancia escrita de que estos hechos «son habituales y están siempre dirigidos al colectivo gay».