La herencia del carpintero Pepe Porras

P.C.P./ Barbadillo del Mercado
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Silberius rodará una pieza de videoarte en el amplio campanario de Barbadillo del Mercado

Aunque escucha perfectamente los gritos que le piden que baje ya para marcharse de compras a Salas, Bruno se hace el loco e intenta evitar el contacto visual. Desde el campanario, el abuelo se ve chiquito y el niño se envalentona. Está en su territorio. Ese que generosamente comparte con él Santos, replicando lo que en su día vivió con el carpintero Pepe Porras, cuando le enseñó a volar solo con las campanas grandes.

Las casi 8 décadas que separan a Bruno y Santos se quedan en nada si se ponen a hablar el idioma que adoran, ese que ha sido declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que en Barbadillo del Mercado cuenta con una atalaya privilegiada. «En todos los pueblos en los que he estado nunca he visto un campanario tan amplio como este», presume Santos. 

Pero a Silberius de Ura parece que todo se le queda pequeño, porque no deja de asomarse al abismo para fotografiar las campanas y ver qué pone en cada una de ellas. Recoge también la historia o leyenda que explica cómo se rompió la de Santa Bárbara, con unos soldados al voltearla colaron una gorra dentro. La han refundido dos o tres veces, pero no han logrado que vuelva a sonar igual, detalla Santos, mientras se revuelve intranquilo. «Ten cuidado», le dice al artista, al que insinúa la posibilidad de asegurarle con una cuerda para evitar un percance.

Silberius rodará una pieza de videoarte en el amplio campanario de Barbadillo del Mercado.
Silberius rodará una pieza de videoarte en el amplio campanario de Barbadillo del Mercado. - Foto: f2estudio

Pero no ha nacido quien ate al indómito y libérrimo Silberius, ni quien ponga freno a su imaginación. Mientras graba los toques que con precisión da Bruno y el repique de fiesta con el que deleita a todos su maestro piensa en crear una pieza de videoarte con una bailarina en este espacio. El talento vuela.