El proyecto de megaparque eólico y solar divide a la Ribera

I.M.L. / Aranda
-

Villatuelda, Sotillo de la Ribera o Pinillos de Esgueva aplauden la llegada de esta futura inversión a su territorio, mientras que en Gumiel de Mercado o Torresandino recelan de la repercusión en el entorno

Este nuevo proyecto de parque híbrido contaría con 39 torres eólicas repartidas entre distintos pueblos. - Foto: Luis López Araico

El proyecto del Grupo Arrate para implantar un parque de generación de energía renovable con 39 aerogeneradores y 362.352 placas solares en terrenos de seis localidades de la comarca ribereña, que supondría una inversión de 400 millones de euros, ha levantado opiniones encontradas en los municipios afectados. Mientras algunas poblaciones se muestran ilusionados con el impulso económico que supondría la materialización de lo que aún está sobre papel, con el comienzo de la tramitación ambiental, a otros vecinos ribereños les ha pillado por sorpresa y ha levantado algunos recelos por el impacto que podría tener en el paisaje y la economía agrícola de la zona.  

En el bando de los que están a favor de la materialización de este proyecto se sitúan localidades como Sotillo de la Ribera y su pedanía Pinillos de Esgueva, en cuyos terrenos se instalaría parte del megaparque, o Villatuelda. El alcalde de este último municipio, Ángel García, reconoce que la generación de energías renovables «es la tendencia y o te apuntas o te quedas fuera» porque si no hacen el parque en los municipios elegidos en el primer proyecto «se lo van a llevar a otro lado». «De momento no hay nadie en contra, todo el mundo al que le toque gana dinero», asegura García. 

En una misma sintonía están los alcaldes de Sotillo de la Ribera y Pinillos de Esgueva. «Estamos ilusionados porque implica mucho dinero para los ayuntamientos, además en sitios con pocos habitantes que, si no es por este tipo de proyectos, al final se van quedando despoblados», valora el sotillano Manuel Callejo. Su homónimo pedáneo, Carlos Lázaro, comparte esa postura y apunta que están pendientes de que se haga una reunión con los propietarios afectados y se firmen los contratos. «Este es un pueblo pequeño y puede servir para hacer mejoras en las infraestructuras, que falta hace», reconoce.

En el lado contrario, por oposición o por albergar dudas sobre la ubicación definitiva de los elementos del parque, se colocan otros municipios como Torresandino o Gumiel de Mercado. En el Ayuntamiento gomellano se muestran sorprendidos porque «no sabíamos que ya estaba en ese punto, a nosotros nos lo habían venido a contar, pero como información informal» comenta su alcalde, Pedro Gómez, que reconoce que aún no ha estudiado el proyecto en profundidad, pero que «después de salir publicado en Diario de Burgos ya ha venido un vecino a pedir información porque dice que un camino pasa por sus viñas». 

En Torresandino están pendientes de conocer más en profundidad qué tierras se verían afectadas. «Ya contactaron hace tiempo otras dos empresas, pero como no teníamos hecha la concentración parcelaria no quedó en nada. Ahora ya está y eso hace que afecte a pocos propietarios», explica Alberto Val. A la espera de una reunión con todos los afectados, no se pronuncia mucho más allá porque no hay ninguno de los terrenos municipales afectados en un principio, así que dejará opinar a los vecinos.