Las barracas no irán a Fuentecillas. La presión vecinal ha llevado al alcalde, Daniel de la Rosa, a descartar esta opción y la decisión, aunque esperada, es ya definitiva e inamovible. Como lo es también que el polígono docente del Vena, lugar que ha acogido a los feriantes durante los últimos 16 años, no es la alternativa. En este caso, por el empeño personal del primer edil de sacarlas de ese emplazamiento si gobernaba la ciudad. Ante esta situación y por la premura de los acontecimientos, la única posibilidad pasa por trasladarlas a Villalonquéjar IV, pero no a los dos espacios que se manejaban a principios de esta semana. Ni las traseras del cementerio ni el párking de camiones cuentan con el favor de los técnicos (ven «dificultades» para su instalación) y la solución pasaría por ubicarlas en la calle Laredo. Es decir, por cortar el tráfico dos semanas entre la glorieta de Bricomart y la rotonda del dinosaurio (frente al barrio de Villatoro).

Si los feriantes, a los que se les informará la próxima semana, no lo aceptan o aparece algún informe negativo desde alguna área municipal que aún no se ha pronunciado (Urbanismo no pone objeciones pero falta aún la opinión de los Bomberos, Policía, Tráfico...) el 'plan B' pasa por dispersar las barracas por diversos puntos de la ciudad.

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