Dani Arce tiró ayer de experiencia, inteligencia, técnica, estado de forma y mucha garra para sellar el pase a la gran final del 3.000 obstáculos de los Juegos Olímpicos de París. El atleta burgalés apretó los dientes en los últimos metros y consiguió terminar cuarto (8:18:31 minutos), una posición que le vale para disputar mañana (21.40 horas) la gran final. Dos décadas después un español volverá a estar entre los mejores del 3.000 obstáculos en una cita olímpica y esa hazaña lleva firma burgalesa.
La temporada de Arce ha estado enfocada a llegar en perfectas condiciones a París. Cada concentración, cada entrenamiento, cada madrugón, cada consejo... Todo tenía como destino la capital francesa. Esa dedicación supone una presión añadida porque hay mucho trabajo detrás y el deporte no siempre es justo. Y una carrera en unos Juegos Olímpicos ante un Estadio de Francia abarrotado y contra los mejores del mundo puede durar una vida entera. Un resfriado, un fallo de concentración, un exceso de ambición, un tropezón... y todo se va por la borda en cuestión de segundos.
Sin embargo, el pupilo de Benjamín Álvarez demostró que ha estado ya en muchas batallas, que ya pagó la novatada en Tokio y que llega a París en la cima de su carrera. A sus 32 años, mostró su versión más fiable durante la mayor parte del recorrido y se exprimió en los últimos metros para agarrarse a las cinco primeras plazas, esas que daban el pase a la final.
Dani Arce se mete en la final del 3.000 obstáculos - Foto: EFEEl atleta burgalés se colocó en las primeras posiciones desde el inicio y llegó a liderar la prueba, que fue demasiado lenta hasta que el etíope Genet Wale decidió animarla. Arce le siguió de cerca, el ritmo se fue acelerando y se produjo un corte de ocho corredores. Tres se quedaban fuera y el burgalés cada vez apretaba más los dientes. Era el momento de aguantar porque se iba a decidir por décimas de segundo. Su cara cada vez mostraba más sufrimiento y llegó con las fuerzas justas al tramo final, pero consiguió agarrarse a las primeras plazas hasta el último aliento y meter a España en una final olímpica del 3.000 obstáculos 20 años después.
Por delante de él, entró el marroquí Soufiane El Bakkali (8.17.90), seguido por el ugandés Leonard Chemutai (8.18.19) y el etíope Gelet Wale (8.18.25). Arce acabó cuarto (8.18.31), siendo el único no africano de su serie en clasificarse y será el único europeo en la gran final.
Saludo del rey. Tras lograr el pase, el rey de España, Felipe VI, bajó a felicitarle en persona y Arce, sonriente, estuvo charlando de forma distendida con su majestad.