Cristina Gutiérrez firmó un debut diferente al esperado en la categoría T1+ del Dakar. En su estreno con Dacia, fue una de las tantas víctimas de una durísima segunda etapa, que duró 48 horas y en la que perdió cualquier opción debido a la rotura de la cremallera de la dirección de su coche. A partir de entonces, el equipo le encargó el papel de «mochilera de lujo» de sus compañeros de equipo: Sébastien Loeb y Nasser Al-Attiyah, que se beneficiaron de la ayuda de la piloto burgalesa y su copiloto, Pablo Moreno. Un papel secundario, pero vital que le ha servido para aprender y disfrutar al máximo. Y ya cuenta los días para que llegue la próxima edición.
¿Qué valoración general hace de su primera experiencia en la categoría T1+?
La valoración es positiva porque, vaya como vaya el Dakar, siempre aprendes algo. Es cierto que ha sido diferente respecto a las expectativas que teníamos. Salimos a darlo todo, pero desde primera hora la estrategia pasó por ayudar a Nasser (Al-Attiyah) y Sébastien (Loeb) y más después de la rotura de la cremallera. Nuestro Dakar ha sido básicamente de mochileros de lujo. El equipo nos lo ha agradecido mucho porque Pablo (Moreno), mi copiloto, es mecánico y si Nasser ha quedado cuarto es, en parte, por la rápida ayuda que le prestó. Así que de una u otra manera nos sentimos contentos por el resultado de todo el equipo. Para ser unos coches tan jóvenes, la valoración es positiva.
¿Cómo se gestiona emocionalmente el hecho de quedarse sin opciones en la segunda etapa?
Es difícil porque, como dices, somos personas y hay emociones de por medio, pero también somos conscientes de la oportunidad que nos están dando. Cuando entras en un trabajo, sea el que sea, tienes a gente por encima de ti, así que debes asumir la responsabilidad que toque. Supongo que he trabajado mucho la paciencia para no agobiarme. Y si Dacia tuvo ese tipo de estrategia también me quitó cierta presión, me centré en disfrutar y en aprender. Me llevo muchas lecciones porque aprender sin presión es más fácil. Me centré en eso, incluso habiendo parado en muchas etapas en las que llevábamos un gran ritmo. Lo primero era ayudar. Mantener esos valores en el Dakar es bonito. Además, sé que están muy agradecidos y seguro que sirve para que en un futuro nos tengan más en cuenta, para ganarnos un poco más el sitio en el que estamos.
La piloto burgalesa planificando una de las etapas del rally. - Foto: Dacia SandridersEs cierto que ha sido diferente respecto a las expectativas que teníamos, no ha sido fácil»
Imagino que tanto Al-Attiyah como Loeb habrán acabado más que agradecidos con usted y con Pablo Moreno.
Sí. Me acuerdo de la segunda etapa, cuando tuvimos que esperar 40 minutos para que pasaran los dos. Loeb tuvo un problema electrónico y Pablo lo solucionó muy rápido, aunque ellos lo daban ya por imposible al haber perdido mucho tiempo. Cuando te paras en el Dakar un minuto parece que son 20. Ahí tuvimos que aplicar psicología de equipo y decirles que siguieran, que no habían perdido tanto tiempo. Ese día por la noche se nos acercó el copiloto de Loeb y nos lo agradeció. Dijo que sin nosotros no hubieran podido seguir. Recibir esas palabras de la tripulación fue muy bonito.
Pablo (Moreno) ha tenido que ser el MVP para ellos, ¿no?
Otro tipo de MVP, pero sí (ríe). Dacia agradeció que hiciéramos ese trabajo sin réplicas. Les sorprendió que lo aceptáramos con esa profesionalidad, pero al final eso es lo que marca. Así podemos dejar una huellita que dure años. Si tienes a la gente que te contrata contenta, mucho mejor.
Cristina Gutiérrez acabó haciendo el papel de «mochilera de lujo» de sus compañeros de equipo: Sébastien Loeb y Nasser Al-Attiyah tras la durísima etapa 2. - Foto: Dacia SandridersHemos hecho de mochileros de lujo. Estamos muy contentos por el resultado del equipo»
Usted no fue la única que perdió sus opciones en esa segunda etapa, ¿quizá llegó demasiado pronto esa jornada maratón de 48 horas?
Quizá esa es la única réplica que hicimos a la organización, pero hasta que no lo vives no lo sabes. A toro pasado es muy fácil decir que poner una etapa maratón el segundo día es pronto… ¿pero por qué no lo dijimos antes? Porque ahora es fácil saberlo, antes no. Estoy segura de que David (Castera), el director del Dakar, habrá tomado nota y habrá visto que es un poco precipitado. En principio piensas que así te vas a cargar a gente más amateur, a los que van detrás, pero sucedió lo contrario. Se quedaron fuera favoritos como Sébastien (Loeb) o Carlos (Sainz). Nosotros tuvimos la mala suerte de romper una parte que no se suele romper y de la que no teníamos recambio. Me tocó pagar el pato. Aprendido.
¿Qué les sucedió exactamente? ¿Cómo fue la avería?
Se rompió la cremallera de la dirección, que nunca se había roto en ningún test. Por eso era lógico no llevar recambio. No puedes llevar el coche duplicado en piezas en el camión, hay que elegir y pensar qué es más lógico llevar. Suelen ser piezas que sufren desgaste o es más fácil que se rompan. Pero es normal que en el primer año sucedan estas cosas. Y dentro de los posibles males, nos pasó a nosotros y no a Nasser o 'Seb', que competían por ganar.
Esta categoría va a otro ritmo. La exigencia y los golpes son mayores. Hemos evolucionado»
Imagino que ese es, sin duda, el peor momento de esta última edición, pero ¿cuáles fueron los mejores?
Obviamente, el momento más duro es darte cuenta de que no llevas esa pieza de recambio y que se acaban tus opciones. Fue doloroso porque nos veíamos muy competitivos. Los mejores momentos llegaron con esos buenos resultados, quedando entre los ocho primeros a pesar de haber parado 15 o 20 minutos. Otro gran momento fue cuando nos encontramos con Nasser parado y Pablo sacó su magia para ayudarle tan rápido.
¿Se nota mucho el salto de categoría de Challenger a T1+?
Se nota sí. En T1+ las cosas ocurren a otra velocidad. En esta categoría se va más rápido. Por eso las etapas se pasan antes. A nivel físico también hay más exigencia. El ritmo es mayor, los golpes y la inercia también porque el coche pesa más... eso sí, a nivel de conducción lo que aprendí en Challenger es lo que me ha servido para haber sido competitiva ahora en T1+. Pablo también ha tenido que evolucionar mucho a nivel de navegación. Hemos aprendido a pasos agigantados.
La estrategia de Dacia me quitó presión. Nos centramos en disfrutar y aprender mucho»
Si no llega a romperse la cremallera de dirección, ¿se veía capaz de ganar una etapa o hacer un 'Top 10' general?
Sí, sí. Haciendo cálculos y eliminando todas las paradas en las que no deberíamos haberlo hecho, podríamos haber alcanzado el 'Top 10' perfectamente sin la rotura de la segunda etapa. Me veía capaz... e incluso más arriba. Y hay que tener en cuenta que desde que nos convertimos en ayudantes, por así decirlo, llevábamos peso extra por las piezas y el combustible. Eso nos hacía perder cuatro o cinco minutos al día solo por el sobrepeso. Con todo ello, me he sentido competitiva, así que genial. Tengo ilusión para el próximo Dakar.
Casi queda un año para el próximo Dakar, pero le veo con ganas de intentar demostrar lo aprendido.
Sí, las tengo. Por un lado, me ha gustado competir sin presión porque me he tomado la carrera desde otra perspectiva, pero por otro pienso que siempre hemos estado entre los 15 primeros en todas las etapas. Eso quiere decir que hemos sido competitivos. Hay ganas e ilusión de que llegue el próximo Dakar.
Desde que nos convertimos en ayudantes, solo por el sobrepeso perdíamos 4 o 5 minutos al día»