Cuando se cumple medio año desde su toma de posesión, el gerente del Hospital de los Santos Reyes, José Antonio Visedo, comparte con Diario de Burgos su visión del presente y, sobre todo, del futuro del centro hospitalario comarcal, con la vista puesta en el estreno en el horizonte temporal de cuatro años del nuevo complejo hospitalario. 

¿Qué le llevó a presentar su candidatura a la Dirección del Hospital de los Santos Reyes?
Por una cuestión de carrera profesional. Me considero un profesional de la gestión sanitaria, con ocho proyectos diferentes, y vi que esta era una oportunidad muy interesante de gestionar un hospital comarcal, un hospital pequeñito que, porque sea pequeño no desmerece en absoluto, sino todo lo contrario. Yo siempre digo que no hay hospitales grandes ni pequeños, sino hospitales bien o mal gestionados. Este hospital para mí era un reto porque, como he podido comprobar a posteriori, entraña dificultades y era un proyecto ilusionante como un punto de partida. 

¿Cómo se encontró el hospital cuando tomó posesión del cargo?
Desde el punto de vista estructural ya lo conocen. Quiero decir, que hay en marcha un proyecto de un nuevo hospital, muy merecido para la zona y, sobre todo, para los pacientes y para nuestros profesionales. Me encontré con un nivel de ilusión muy alto, o sea, los profesionales de este hospital estaban muy unidos. Eso contribuye activamente a, primero, fidelizarlos; y segundo, a que eso se note en la prestación de la atención sanitaria al paciente. Encontré un muy buen ambiente, nada de tensiones ni situaciones de desequilibrio. Lo primero que hice fue sentarme con todos ellos, con un buen recibimiento y eso, por supuesto, lo agradezco. 

José Antonio Visedo, gerente del Hospital de los Santos Reyes de Aranda de Duero. - Foto: Luis López Araico

Estamos trabajando mañana y tarde para reducir lista de espera»

¿Y en cuanto a carencias o necesidades del hospital?
Desde hace muchísimo tiempo hay un problema estructural, que ya se identificó hace muchísimos años, y cuando hablo de estructural habló de espacios, de zonas de reconocimiento, de consultas externas que están todas fuera, de un centro de salud mental que tampoco está integrado dentro del hospital, o sea, un problema de dimensionamiento. Esto lógicamente se va a solventar con el nuevo hospital. Yo creo que ha sido un ejercicio de responsabilidad importante por parte del Sacyl y la propia Consejería y un esfuerzo económico muy importante, porque van a ser 108 millones en cuatro años.

En el plano laboral, la plantilla está casi cubierta y, aun así, las listas de espera no se logran reducir.
En estos seis meses siguen más o menos parecidas, no hemos conseguido reducirlas, lo que quizás es uno de los puntos negros que tiene la sanidad en Aranda. Tenemos una plantilla, a día de hoy, bien dimensionada, con una cobertura de un 95% en determinados ámbitos, completa en la parte de Enfermería y de gestión, y un 91% en la parte médica, pero tenemos que seguir avanzando en ese proceso de captación de profesionales. Es muy importante tener clínicos, si no tenemos quirúrgicos, anestesistas, servicios médicos o urgenciólogos es bastante complicado poder trabajar. Ahora mismo la situación es bastante estable y tranquila.  

Por otro lado, la lista de espera fluctúa. Aunque el último cierre trimestral rondaba la demora estructural en 93 días y teníamos algo más de 400 pacientes en lista de espera, a fecha de 6 de febrero teníamos una demora media de 70 días. Hemos bajado 23 días y el número de pacientes se ha incrementado aproximadamente en 50 o 60. Lo importante es, desde mi punto de vista, que desde que se haga la indicación quirúrgica la intervención se realice lo más rápidamente posible. Yo creo que ahora estamos en una época buena de hiperactividad quirúrgica, todos trabajando mañana y tarde e intentando reducir lista de espera y atender bien a los pacientes.

Hemos bajado 23 días la demora media»

¿Teme las consecuencias que podría tener el concurso de traslados de marzo para la plantilla?
Ahora mismo estamos en un momento de desconocimiento, no sabemos ni el número de profesionales que se han presentado, no hay listas provisionales y estamos a la expectativa. Lo que sí que estamos haciendo es elaborar un plan de contingencia junto con la Dirección General de Profesionales del Sacyl y la Dirección General de Asistencia Sanitaria con el fin de minimizar el impacto del resultado de ese concurso de traslados. Este es un hospital donde hay que seguir trabajando todos los días en la consolidación del empleo de profesionales médicos, ahora tenemos una situación bastante estable, pero no hemos dejado ni un día de intentar captar y reclutar profesionales que puedan venir a trabajar aquí. Oncólogos, urólogos, cardiólogos, anestesistas, etcétera, porque aunque en un momento dado tengamos algún profesional por encima de plantilla, sabemos que puede dejar de ser así fruto de un concurso de traslados, de una oposición o del ejercicio legítimo de un derecho de pedir una excedencia.  

¿Cuesta atraer talento a Aranda? ¿Nota que no es tan fácil como quizás en otras ciudades?
Al talento hay que darle herramientas de atracción. Yo estoy desplegando, lógicamente con la colaboración de todo el equipo, herramientas como la conciliación, incentivos económicos, tecnología e investigación. Tenemos que darle vueltas a la cabeza para intentar atraer ese talento que prefiere otras alternativas. Hospitales de esta naturaleza permiten dar más protagonismo al clínico, les permiten hacer más cosas y, si encima les ponemos tecnología moderna, eso les va a facilitar lo que ellos llaman 'hacer mano' y tener una mayor experiencia en el ámbito de la superespecialización. Si somos capaces de seguir ahondando en esa formación, podremos atraer profesionales. Un elemento fundamental va a ser el nuevo hospital de Aranda, tiene que ser y va a ser un elemento de atracción de profesionales y yo espero y deseo que sea así.

Al talento hay que darle herramientas de atracción como la conciliación o  incentivos económicos»

¿Está haciendo un seguimiento de la marcha de las obras? ¿Cómo van?
La última reunión la tuvimos hace una semana, con la dirección facultativa, donde está la empresa constructora, representantes del Sacyl y de la Dirección General de Infraestructuras. Estamos dentro de los hitos que marca el cronograma para estas fechas. El acta de replanteo se firmó el 21 de octubre, ha habido ya movimiento de tierras, instalación de conducciones, etcétera.  

¿Qué objetivos tiene ahora en su agenda para cumplir?
Los objetivos macro los marca directamente el propio Sacyl y la Consejería de Sanidad en el Plan Anual de Gestión, que están unidos a la suficiencia presupuestaria. Este hospital tiene un presupuesto que ronda los 47 millones y hay que cumplir el techo de gasto. Luego tenemos los objetivos asistenciales como bajar número de pacientes en espera estructural y la demora media, y los de calidad, en los que se incluyen del orden de 30 acciones formativas.