Sin los hospitaleros no hay Camino de Santiago y su llegada a los pueblos burgaleses resulta tan esencial como la de los propios peregrinos. Suele ser habitual encontrar por la provincia ofertas de todos los colores para regentar bares, pero ahora dos clásicas localidades de la ruta jacobea se encuentran en plena búsqueda de una familia que quiera coger las riendas de sus albergues municipales. Castellanos de Castro y Agés ya sueñan con la llegada de nuevos habitantes, y mucho mejor si se trata de familias con niños para fijar población.

En el caso de Castellanos de Castro han publicado su oferta y los interesados pueden presentar sus propuestas hasta el día 21 de este mes. La subasta parte de 8.470 euros anuales, con IVA incluido, y mejorable al alza. El albergue, que además incluye zona de bar y restaurante, se adjudicará por dos años con posibilidad de ampliarlo hasta los seis. El alcalde, Lorenzo Santamaría, reconoce que en el pliego han querido ser un poco estrictos con el tema de los horarios para que los peregrinos que acudan no se lo encuentren cerrado.

Por ahora en Castellanos ya han tenido un par de personas interesadas y confían en que se materialicen las propuestas. Además, les gustaría que llegase alguien joven y con niños para que este pueblo de la comarca Odra-Pisuerga pueda crecer. Y para ello también cuentan con alguna vivienda disponible, más allá de la habitación privada que poseen en el propio albergue. El inmueble es nuevo, ya que se estrenó hace solo cuatro años, y cuenta con una veintena de camas.

Mientras, en el caso de Agés ya han aprobado en el Pleno las condiciones para sacar a subasta su albergue y en cuanto se publique en el Boletín Oficial de la Provincia se podrá pujar. Se licitará a partir de 20.000 euros. «Desde la pandemia no hemos acertado con un arrendador que lo sepa explotar, ya que buscamos que se dé un servicio a los peregrinos y a los vecinos», dice el alcalde, Gerardo García.

Avanza que han marcado que deberá permanecer abierto desde marzo hasta diciembre y solo cerrará en enero y febrero. Lamenta que durante el invierno también pasan romeros y se encuentran sin lugares para quedarse a dormir o tomar algo.

El espacio de Agés cuenta con el propio albergue con 36 camas, una zona de restaurante y de bar. Pero además ahora incluirán una tienda con productos básicos que servirán tanto para los peregrinos como para los vecinos del municipio. Han descartado el proyecto de la anterior corporación que pretendía desarrollar una nueva tienda en el antiguo horno, ya que creen que esto generaría una «competencia» entre ambos inmuebles municipales. Ahora se enmarcará este establecimiento en el propio albergue o se ofrecerá a los arrendatarios si quieren emplear ese antiguo horno para vender esos productos básicos. Quieren que quienes gestionen el albergue tengan todas las facilidades y consideran que se trata de una gran oportunidad de negocio.

El alcalde de este pueblo perteneciente a Arlanzón reconoce que con este negocio también quieren impulsar la restauración en la zona y que sirva como complemento a la exitosa hamburguesería que poseen. Además, les gustaría que se asentase y se empadronase una familia puesto que tienen un apartamento para que se alojen.

Una fuente de empleo. Además de los negocios que se arriendan y que suponen una oportunidad para los emprendedores que quieran trabajar en el medio rural, el Camino de Santiago también supone una verdadera fuente de empleo y llena de vida a todos los pueblos burgaleses que atraviesa. La temporada alta se acerca y, con la llegada de peregrinos, todos los albergues empiezan a lanzar sus ofertas de trabajo. Ejemplo de ello es la que ha publicado el albergue El Alfar, de Hornillos del Camino, donde buscan personal (limpieza y cocina) para los siete meses de la temporada y los interesados ya pueden enviar su currículum al correo elalfardehornillos@gmail.com.