Las aves acuáticas prefieren los humedales del norte peninsular, entre ellos las lagunas de Villafáfila (Zamora) y La Nava de Fuentes (Palencia), ante el deterioro y un peor estado de conservación de los del sur. Así lo establece el informe de SEO/BirdLife 'Humedales ante un futuro incierto', que analiza la situación de estos animales, publicado con motivo del Día Mundial de los Humedales, este 2 de febrero.
Eso se debe, entre otros, a que Villafáfila, a pesar de sufrir una presión "muy alta", dispone de una situación global "buena", mientras que en La Nava (Palencia), cuya influencia exterior es "alta", tiene un estado "muy pobre", según el informe. De hecho, en el caso palentino, hasta la llegada de las últimas lluvias, se han registrado dificultades por el llenado de la misma. Según los datos de los censos en Europa coordinados por Wetlands International, los núcleos de invernada se están desplazando hacia el norte debido a unas temperaturas más benignas en invierno como consecuencia del cambio climático, que está funcionando como una fuerza impulsora que está dando lugar a un aumento latitudinal de la invernada de muchas de las acuáticas que venían a España a pasar el invierno. Así en la actualidad el núcleo principal se encuentra en los Países Bajos y se ha registrado un aumento del número de ejemplares en países como Alemania, Dinamarca y Suecia.
La tendencia de las poblaciones de aves acuáticas son un excelente indicador del estado de conservación de los humedales, por lo que en el marco del Censo Internacional de Aves Acuáticas invernantes, que coordina Wetlands International, se censan varios miles de humedales todos los años en España en el mes de enero y, en paralelo, en prácticamente todos los países europeos y en muchos otros del resto del mundo. Es una actividad que se lleva a cabo desde la segunda mitad del siglo pasado, pero más intensamente en las dos últimas décadas.
Además, los datos generados han servido para valorar qué humedales cumplen con los criterios del convenio Ramsar. La información proporcionada por estos censos pone de relevancia la importancia de aquellos humedales que acogen las mayores poblaciones de aves acuáticas. Así, para el periodo 1990-2023, 40 de ellos habrían acogido alrededor del 50 por ciento de la población de aves acuáticas invernantes, entre ellos Villafáfila, por donde habría pasado una media anual de casi 24.000 aves, el 0,79 por ciento del total de las que han llegado a España.
Si se analiza la población de anátidas y fochas, en el periodo 2007-2023 la media en la laguna zamorana fue de 12.631 cada año, un 1,38 por ciento del total, mientras que en la palentina, ascendió a 10.818, el 1,18 por ciento.
Igualmente, el 76 por ciento de los tipos de hábitats de interés comunitario vinculados a zonas húmedas presentan un estado de conservación "desfavorable", particularmente los ubicados en las regiones mediterránea y alpina, que significan "el peor estado de conservación", respectivamente, del 89 y 80 por ciento, según el informe.
SEO/BirdLife critica la "indiferencia administrativa" sobre las zonas húmedas que fueron o son "de gran importancia pero que, por no ostentar las máximas figuras de protección, se les dedica menos atención".
Humedales mediterráneos, los más amenazados
"Necesitamos acción urgente para salvar los humedales. Los resultados del informe permiten tener un diagnóstico fidedigno y global del estado de estos ecosistemas", afirmó la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, en declaraciones recogidas por Ical, y añadió que "con este nuevo trabajo se identifican patrones regionales y áreas prioritarias para orientar acciones de conservación".
En este sentido, la organización las puso a disposición de la sociedad y de las administraciones públicas para que "apliquen los compromisos del reglamento sobre restauración de la naturaleza y el Plan Estratégico de Humedales a 2030. "Nos quedan cinco años para salvar los humedales y recuperar la funcionalidad ecológica de estos espacios", apuntó.
Calidad media en humedales de la Red Natura
Por otra parte, el estado global de conservación de los hábitats de interés comunitario (HIC) asociados a los humedales que forman parte de la Red Natura 2000 podría clasificarse como "intermedio". El estado "bueno" se ha recogido para el 34 por ciento de los registros evaluados en los espacios incluidos en la Red Natura 2000 evaluados, el estado "inadecuado", para el 50 por ciento, y el "malo", para el 13 por ciento.
Por regiones biogeográficas, la situación de nuevo es más desfavorable en la región mediterránea frente a la región biogeográfica atlántica. Asimismo, los hábitats incluidos en humedales costeros muestran un estado de conservación ligeramente mejor que los de interior, lo que refleja una "mayor vulnerabilidad de estos últimos, con la excepción del hábitat prioritario lagunas costeras, cuya situación y perspectivas de futuro se pueden considerar críticas".
"Estos resultados, obtenidos a partir de evaluar una muestra representativa, ponen de manifiesto la necesidad de desarrollar estrategias adaptadas a las particularidades de cada ámbito territorial, e implementar urgentemente medidas más efectivas para mejorar el estado de los hábitats en peor estado y garantizar la protección de aquellos con mejor estado de conservación", explicó el responsable de la Unidad de Especies y Espacios de SEO/BirdLife, Kiko Álvarez.
36 especies de aves invernantes en declive
El análisis de la tendencia de las poblaciones de aves acuáticas invernantes para dos periodos, uno a largo plazo (1990-2023) y otro corto plazo (2007-2023), arroja datos de tendencias para 67 especies de aves. De ellas, 36 han experimentado un descenso poblacional, lo que pone de manifiesto un "declive" de las poblaciones de aves acuáticas invernantes en nuestro país en los últimos años.
Llama la atención la tendencia negativa para especies tradicionales y abundantes como es el caso del ánsar común, la focha, la gallineta, el ánade azulón o la garcilla bueyera. "Para entender este declive en las invernantes, hay que considerar que las especies de aves de humedales han ido disminuyendo en tamaño poblacional en todo el mundo a medida que los cambios de uso del suelo y la sobreexplotación y contaminación de los recursos hídricos han afectado a sus hábitats", subrayó Álvarez a Ical, quien prosiguió que si se añaden los efectos del cambio climático, es "previsible un desplazamiento de las áreas de invernada y reproducción de estas especies hacia el norte peninsular por tener mejores perspectivas de futuro y una mayor disponibilidad de agua que las del sur".
Entre ellas, el informe hace especial énfasis sobre la aguja colinegra (Limosa limosa), con una población "reproductora muy escasa e irregular", y sobre la que no hay constancia de que "fuera mucho más abundante en el pasado próximo". Se encuentra en praderas húmedas con vegetación de escasa altura (alrededor de 10 centímetros) y láminas someras de agua (10-20 centímetros de profundidad), así como en bordes de humedales y zonas inundables en algunas lagunas continentales endorreicas salobres, como como Villafáfila. En el Libro rojo de las Aves (2021) se ha evaluado como "en peligro crítico".
Por su cuenta, el ánade rabudo (Anas acuta), en peligro de extinción, solo se reproduce con cierta regularidad en determinadas áreas de la marisma de Doñana, en pastizales cercanos a masas de agua e incluso charcas estacionales con aguas someras en las marismas del Guadalquivir, y esporádicamente en alguna otra localidad del resto de España, como Villafáfila.
El informe advierte de que España "representaba uno de los países principales para la invernada de ánsar común" (Anser anser) y los datos ofrecen un "declive a largo plazo", que acentúa a corto con una tendencia "acusada". Utilizaban importantes humedales cada invierno como Doñana, las lagunas de Villafáfila o la Nava, pero "continúa descendiendo el número de ejemplares que se presenta cada año".