La alcaldesa de Arroyal, Ana María Gómez, explota contra la actual gestora de la taberna municipal y su pareja, a quienes acusa de iniciar «la guerra contra los miembros de la Junta Vecinal, y en especial» contra ella, por la negativa a pagar casi 22.000 euros en facturas que «según el contrato debían ser asumidos por los arrendatarios», y de intentar crear «un clima adverso para que otras personas no puedan hacerse cargo del negocio cuando finalice su contrato» en junio con una «versión totalmente tergiversada de lo realmente acontecido» durante estos meses en el pueblo.
Sofía Cirmi y Nacho Moreno van a adelantar su marcha a marzo ante el «hostigamiento» de la junta vecinal y la falta de expectativas de poder revertir la situación que se ha creado en los últimos meses, según explicaron a este periódico. A raíz de esa publicación y de los comentarios vertidos por los taberneros en redes sociales, la regidora de Arroyal sale al paso para afirmar que les mueve «no solo dividir a los vecinos de Arroyal entre partidarios y detractores», sino también «crear un clima adverso contra la Junta Vecinal, con el fin de doblegarlos y que dejasen de cumplir sus obligaciones, o que dieran un paso al lado, dimitieran y les dejasen el camino libre», explica.
En un comunicado remitido a este periódico, Gómez sostiene que el hostigamiento lo han ejercido los taberneros y señala como «punto álgido, aunque no ha sido el único», una pintada que apareció la semana pasada en la puerta del centro cívico: '¿Queremos un pueblo muerto? Junta Vecinal=Inquisición' y por la que se ha presentado denuncia a la Guardia Civil.
Aunque la alcaldesa afirma que desconoce el «autor material» de la misma, «el contenido del mensaje, se enmarca en sentido de las palabras vertidas por los arrendatarios en el último artículo» publicado en este periódico, entre las que citan 'la Junta Vecinal ha hecho cero autorreflexión' y 'ante la falta de expectativas de revertir la situación'. Cirmi y Moreno niegan tajantemente haber sido los autores, si bien consideran que evidencia el rechazo vecinal a la forma de proceder de los responsables locales.
Decisión por unanimidad. Recuerda Gómez que «la decisión de no renovarles en junio de 2025 se tomó en un Pleno por unanimidad de los tres miembros que formamos la Junta Vecinal (uno de ellos el anterior alcalde que fue el que firmó el actual contrato)» y agradece el apoyo mostrado «por la mayoría de los vecinos» después de preguntar e informarse sobre el asunto.
«Únicamente se les está exigiendo que cumplan con sus obligaciones contractuales», recalca para desvelar que han tenido quejas por no cumplir «la prohibición de entrada y permanencia de animales en el establecimiento, la limpieza y el horario de apertura», entre otros, cuando tienen alquilada la taberna en «unas condiciones muy beneficiosas» para ellos, «120 euros anuales y aunque queda fuera del contrato la parte del local que se dedica a vivienda, están haciendo uso de la misma, hecho permitido por la Junta Vecinal», que además remarca que «NUNCA ha puesto pegas para que se otorguen los permisos necesarios» para la celebración de conciertos, competencia que corresponde autorizar al Ayuntamiento del Alfoz de Quintanadueñas.
Arroyal se ha negado a «seguir asumiendo el pago de las facturas por servicios contratados por los arrendatarios, entre otros, Digital Plus Fútbol, ampliación del contrato de las cámaras de seguridad, así como el pago de las facturas de las reformas y reparación de los distintos electrodomésticos con que contaba el establecimiento y que desde el julio 2021 a junio de 2023, han supuesto para el erario público un importe de 21.904,91 euros», cantidades que la alcaldesa asegura tener debidamente documentadas y a las que nunca se han referido los taberneros.
El enfrentamiento salió a la luz en octubre, aunque inicialmente Gómez no quiso responder por entender «que las críticas a la gestión eran inherentes al cargo». Pero el devenir de los hechos, su reiteración y el comportamiento de la arrendataria y su pareja «permiten afirmar que los mismos tenían y tienen única y exclusivamente como objeto y fin, un motivo estrictamente interesado e incluso político», quedarse con la taberna imponiendo sus condiciones o conseguir que «el pueblo se quede sin taberna» o, incluso, su dimisión como representantes de Arroyal.