Susana Velasco Antón está desesperada y enfadada. No es para menos. Hasta el año pasado abrigaba la creencia de que la Administración tiene un deber de protección para con los ciudadanos. Tras lo que le ha ocurrido, alberga serias dudas al respecto. La situación que está viviendo es kafkiana, vaya por delante. La Junta de Castilla y León, que tenía la obligación de resolver en 3 meses una solicitud de ayuda para el cambio de unas ventanas, lo hizo en más de un año. En ese ínterin, y después de llevar a cabo la obra, su madre falleció. Y el pasado mes de diciembre el Gobierno regional le niega la subvención, en una decisión que revela que la burocracia administrativa no es en ocasiones solo lenta sino también perversa. Mucho.
Porque este episodio, al que Susana está tratando de dar solución por la vía administrativa, le está suponiendo un gran quebradero de cabeza y un gran dolor, porque con ello está rememorando el fallecimiento de su madre día tras día. En fin, esta absurda historia comienza en octubre de 2022. Tras salir el programa de ayudas europeas -gestionadas por la Junta- para actuaciones de mejora de la eficiencia energética de viviendas, la madre de Susana decide que es buen momento para cambiar las ventanas de su casa, en el barrio de Gamonal. De manera que el día 23 de ese mes decide hacer la petición formal. «Como aspiraba a esa subvención -de cerca de 3.000 euros- decidió poner unas ventanas buenas, mejores de las que hubiera colocado en otro contexto, de manera que acabó gastándose 7.400 euros», comenta la hija.
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