La meteorología no les ha acompañado, ni en el montaje ni en el primer día de venta, pero los ánimos y las expectativas se mantienen entre los 26 comerciantes que participan en la primera feria de estocaje que celebran de forma conjunta las asociaciones Centro Burgos y Zona G (Gamonal). Estrenan también ubicación, el patio exterior del monasterio de San Juan, un espacio que todos elogian por su localización pero donde sufren más las inclemencias del tiempo que en el Coliseum o el Fórum Evolución, donde ambas entidades han celebrado sus respectivas muestras de excedentes.
Bien preparados para el frío, sin que faltara ropa térmica con la que afrontar el fin de semana, los comerciantes aplaudían la iniciativa conjunta desde la confianza de poder dar salida a todo el género que no han vendido durante la temporada de otoño-invierno, teniendo en cuenta que el balance de las rebajas se ha quedado por debajo de las previsiones iniciales. Para ello, ofrecen en sus expositores precios cerrados (10, 20 o 30 euros) y descuentos que, en algunos casos, se sitúan por debajo del coste de los artículos. El equipamiento de la persona (ropa calzado y complementos) triunfa en la feria, aunque convive con otras actividades como las manualidades, el menaje del hogar, las bicicletas, los libros, la maquinaria o la telefonía.
Durante el montaje de la muestra el pasado jueves, los organizadores tuvieron que realizar ciertos ajustes respecto a la planificación prevista debido al agua que caía de la cubierta de madera del patio. De hecho, han tapado con plásticos los techos de los stands, si bien el Ayuntamiento se ha puesto manos a la obra para intentar solucionar cuanto antes estas goteras fruto de la falta de limpieza de las canalizaciones. En cualquier caso, el público ya hacía cola a las puertas del monasterio antes de las cinco de la tarde de ayer, cuando se inauguró esta cita comercial que se extenderá hasta mañana domingo en horario de 11 a 14 y de 17 a 21 horas.
La mayoría de los participantes son veteranos en este tipo de eventos, como Patricia, de la tienda de ropa People&co, quien destacó las «expectativas» que se han puesto en esta cita pese a que «el tiempo no acompaña». «Los burgaleses están acostumbrados al frío», se consolaba Soraya, de la lencería Celeste, mientras que Marlene Da Silva, de la zapatería del mismo nombre, ponía en valor el evento conjunto por cuanto supone un impulso para el comercio de proximidad.
A la importancia de este sector en la ciudad se refirieron tanto el alcalde, Daniel de la Rosa, como la concejala de Comercio, Rosa Niño, durante la apertura oficial de la muestra, al igual que las representantes de Centro Burgos y Zona G, Belén Marticorena y Victoria Vélez, respectivamente, quienes evidenciaron la perfecta sintonía que ha habido entre ambas entidades a la hora de organizar el evento. «Ojalá los resultados sean buenos para poder repetirlo todos los años», señaló esta última. «El entorno es maravilloso, la mejor ubicación que hemos tenido», añadió la primera, elogiando la profesionalidad de los comerciantes y sin dejar de subrayar que «el comercio hace ciudad y da riqueza y belleza en las calles».