La Diputación de Burgos ya ha comenzado a dibujar cómo será su Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento, que se gestionará a través de un consorcio provincial al que se podrán adherir todos o solo algunos de los parques. El compromiso inicial pasa por la creación de 19 puestos de bombero y por los proyectos de reforma y modernización de las instalaciones, con prioridad para las de Lerma, Medina de Pomar y Belorado. Además, en Briviesca se ha adquirido una parcela para la construcción de un nuevo edificio, tras descartar la viabilidad de mejorar el actual. Estos cuatro actuarían como cabeceras de comarca en el diseño de la red provincial, que aún no ha definido qué hacer en el este y el oeste, Odra-Pisuerga yla Sierra de la Demanda.

El diputado Manuel Villanueva, al frente del Servicio de Fomento, Protección Civil e Infraestructuras, explica que por un lado trabajan con la empresa Omicrom Omepro «para el desarrollo del tan deseado consorcio» y por otro mantienen conversaciones muy avanzadas con los ayuntamientos de Burgos, Aranda de Duero y Miranda de Ebro para la renovación de los convenios por los que estos parques atienden los avisos en parte de la provincia, y la centralita en el caso de la capital. «La idea es firmar otro convenio por 4 años» en septiembre, para que no coincida con el final del mandato en las instituciones y «con la cláusula de que en el momento que tengamos el consorcio constituido queda sin efecto» el acuerdo con cada uno de estos municipios, en la actualidad en prórroga.

En el Consorcio Provincial «podrían estar todos los parques o parte», asume Villanueva y aunque reconoce que el primer supuesto «facilitaría la coordinación de toda la provincia», no resulta una condición de inicio para comenzar en una fecha aún por determinar.No se marca plazos ni tampoco aclara las fuentes de financiación de unas competencias que se han entregado a las diputaciones sin recursos económicos. La creación de una tasa, a imagen de la de basuras, tendría una gran incidencia sobre los municipios más pequeños y sus vecinos. «Habrá que hacer encaje de bolillos para asumir esos costes», esboza Villanueva, porque solo el coste de los primeros 19 nuevos profesionales puede rondar el millón de euros (se estima unos 50.000 euros anuales por bombero).

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