La crispación política dispara las protestas en la calle

F.L.D. / Burgos
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El pasado año la Subdelegación del Gobierno autorizó en la provincia 488 manifestaciones, casi la mitad para protestar contra medidas legislativas. Es la segunda mayor cifra de la última década

Las protestas frente a la sede del PSOE comenzaron en noviembre. - Foto: Luis López Araico

La calle suele ser un buen termómetro para medir la situación social. Más aún en época de gran crispación política, como es la actual. No es sólo una sensación, sino que se refrenda con estadística. El pasado año 2023 fue de récord en cuanto a movilización. El segundo de la década con mayor número de manifestaciones autorizadas por la Subdelegación del Gobierno. Desde las más multitudinarias, especialmente la que sacó en junio a más de 10.000 personas para reclamar más infraestructuras para la provincia, a las más recurrentes, como las que ha habido desde noviembre frente a la sede del PSOE. Las protestas de los agricultores a principios del presente ejercicio auguran un 2024 aún más reivindicativo. 

Según el informe anual del Ministerio del Interior, el año pasado se autorizaron en Burgos un total de 488 manifestaciones o reuniones en las calles de la provincia. Otras tres fueron prohibidas por diferentes razones. Pues bien, alrededor del 40%, en concreto 186, fueron para protestar contra medidas políticas o legislativas. Más de la mitad fueron convocadas por asociaciones ciudadanas y otro tercio por sindicatos. Y es que los motivos laborales fueron también grandes detonantes de la movilización.

Esas 488 manifestaciones autorizadas por la Subdelegación del Gobierno el pasado año suponen un incremento del 46% con respecto al 2022. Se alcanza, así, la mayor cifra de protestas en la provincia de Burgos durante un último lustro marcado por la pandemia, y la segunda de la década, sólo superada por un 2018 que marcó un récord histórico con más de medio millar. 

Haciendo un repaso de lo que fue 2023, las citas electorales marcaron indudablemente la movilización social. No en vano, abril y mayo fueron meses en los que se convocaron numerosas protestas en las que había un trasfondo político. Luego llegó noviembre y la cifra se disparó. Coincidió con el anuncio del acuerdo de investidura entre PSOE y Junts. Un consenso que no gustó a decenas de ciudadanos que empezaron a hacer cotidianas protestas contra las sedes socialistas de toda España. La Casa del Pueblo de la calle Vitoria no fue una excepción. De hecho, a día de hoy aún sigue habiendo personas que se concentran en este punto casi a diario. Éstas, junto con las que durante los meses de febrero y marzo protagonizaron los agricultores, hacen pensar que 2024 será aún más reivindicativo. 

Las negociaciones laborales también sacaron a la calle a centenares de personas el pasado ejercicio. El sector del metal se movilizó a mediados del año pasado. También los responsables de las peluquerías decidieron alzar la voz para luchar por la reducción del IVA. Fueron menos, pero también hubo concentraciones de varios profesionales de la justicia. 

A todas estas manifestaciones hay que sumar otras clásicas, como fueron las que se convocan tradicionalmente en torno al Día de la Mujer y también contra la violencia de género. En ambos casos, y a pesar de que la escisión del movimiento feminista se notó, volvieron a ser concentraciones secundadas por miles de personas. 

Aunque sin duda, si una protesta destacó por encima del resto fue la convocada por la Plataforma por las Infraestructuras a principios del mes de junio. Decenas de asociaciones y colectivos apoyaron un clamor social que se escuchó a lo largo de 4 kilómetros de recorrido. Más de 12.000 personas secundaron una manifestación que inundó las calles como pocas veces se había visto antes.