Mujer, al frente de un monasterio en la frontera más oriental del reino de Asturias, punta de lanza del catolicismo frente al acoso musulmán, con otras 27 religiosas por todo ejército, sometida a las razias del enemigo, a la vileza de mercenarios y criminales, y a los arrebatos del propio aliado, amén de las inclemencias naturales y los vaivenes de las cosechas. Una vida llevada al extremo debió ser la de Nunnabella (Nonna Bella), primera abadesa de San Miguel de Pedroso, a cuyo valor se rinde Jesús María Herrero en su segunda novela, El Rey del atardecer.
«Me apetecía hacer un homenaje a aquellas mujeres y monjas valientes» que resistieron «con un coraje digno de admirar» en un territorio «ni tranquilo, ni seguro», estratégicamente colocadas allí por Fruela I el Cruel -uno de los reyes astures con peor fama- en el 759 con la finalidad de comenzar a repoblar la actual Castilla y León. Por las páginas de este libro desfilan como protagonistas varias de estas religiosas, con el nombre por el que se las cita en el acta fundacional de su monasterio femenino, posiblemente el primero de España.
Este documento, recogido en el Cartulario Galicano del Archivo del Monasterio de San Millán de la Cogolla, ejemplifica la parte histórica de la trama, que Chus Herrero adereza después con las leyendas de su tierra y del Camino de Santiago, pero siempre «en una versión que no contradijera lo que está constatado que sucedió», recalca.
«Según la historia, Carlomagno nunca estuvo en España», asume, y murió antes de que trascendiera el descubrimiento de la tumba del Apóstol, pero el libro IV del Códice Calixtino relata cómo Santiago se le apareció al rey franco y le iluminó para liberar la ruta de peregrinación. «¿Dónde acaba la verdad? ¿Dónde empieza la leyenda», se pregunta el escritor, que no solo trae al emperador a la península sino que le hace partícipes de las vicisitudes de las monjas y de los vecinos de Belorado refugiados en La Mesa en aquel siglo VIII, cruza en su camino a Roldán (el del cantar en Roncesvalles) y a San Aldito, el primer obispo beliforano, recupera el mítico túnel hasta el monasterio de Santa María de Linares...
Herrero se ha tomado mucho más tiempo para trabajar las descripciones, los personajes y los diálogos de esta segunda novela y eso se percibe en el resultado final, de muy entretenida y ágil lectura.«En el argumento se asiste al nacimiento del Camino de Santiago, que hoy en día concita bastante interés» con unos tintes épicos que alguno de sus primeros lectores ve dignos de la gran pantalla. «Me han dicho que hay que intentar hacer una película», afirma divertido Herrero, que se da por satisfecho con entretener y dar a conocer su tierra.
El periodista Julio César Rico presenta hoy en Burgos (Sala Polisón del Teatro Principal, 20 h), El Rey del atardecer (Círculo Rojo), donde Chus Herrero deja volar su imaginación hacia una época de vida, de muerte y de amor, mientras sueña con descubrir un día qué pasó para que las monjas se fueran de 'el lugar de Pedroso, que está junto a un río de nombre Tirón'.