«¿A qué esperan para actuar? ¿A qué haya un muerto?»

A.C. / Gijano
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Los vecinos de 10 casas de Gijano claman por un semáforo, un radar fijo en la CL-629 u otra actuación. «Parece que no haya otra solución que tener una muerte en la carretera», lamentan

Los vecinos en el aparcamiento, al que llegan tras cruzar la carretera para depositar la basura. - Foto: A.C.

La Guardia Civil de Tráfico impuso el pasado año 2.736 multas, en su mayoría por exceso de velocidad, en el tramo de dos kilómetros de la carretera CL-629 a su paso por Gijano. En los cuatro años anteriores solo había impuesto 611 en la misma zona. La Subdelegación del Gobierno intensificó la presencia de los radares móviles por «el malestar expresado por la comunidad de vecinos». Pero para quienes habitan las diez viviendas ubicadas junto a este tramo de la CL-629, por el que circulan casi 7.000 vehículos diarios, esta vigilancia sigue siendo muy insuficiente, porque los controles son de unas dos horas una vez a la semana, mientras ellos sufren a diario el problema. «¿A qué esperan para actuar? ¿A qué haya un muerto? No parece que haya otra solución», lamenta José Ramón Andino, quien como el resto tiene que cruzar sin paso de peatones y transitar por el arcén mientras turismos y camiones se saltan, en su mayoría, el límite de 60 km/h.

Se ven obligados a cruzar la carretera para depositar la basura en el único contenedor del barrio, situado en el aparcamiento de un café al pie de esta travesía tan peligrosa. La mayoría de las casas están a un lado y han de cruzar al otro para tener a los vehículos de frente. En muchos puntos, una ligera curva les quita visibilidad. Miran y vuelven a mirar, pero cuando cruzan aseguran que ya tienen encima a los coches. Son 500 metros, entre los kilómetros 107,300 y 107,800, en los que el tráfico es incesante. Hasta 2002 en que la Junta de Castilla y León modernizó esta carretera, la falta de arcén y el estado del firme reducían la velocidad. Al ensancharla, todo cambió. Primero bajaron el límite de 100 a 80. Luego de 80 a 60, porque las protestas vecinales no se hicieron esperar. Las cartas a las instituciones se han sucedido desde 2004.

Pero el problema sigue ahí. Los vecinos aseguran que han visto adelantamientos, a pesar de la línea continua, porque los conductores vienen hartos de kilómetros de curvas. Quieren un radar fijo, a pesar de que el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente, en la visita que les hizo en junio pasado, aseguran que les dijo que «pasan más tiempo averiados por sabotajes que activos». Pese a ello, los vecinos los ven disuasorios y se preguntan «qué pintan los del Cabrio y la variante de Villasana».

Si no son fijos, los quieren pedagógicos para llamar la atención a los conductores sobre a qué velocidad deben de ir. Otra de las soluciones que pusieron sobre la mesa es un semáforo con botón para pulsarlo solo cuando necesiten cruzar. El subdelegado les negó esta medida. También pedían seguridad para dos niños que debían de cruzar a coger el bus escolar hacia un centro privado en Balmaseda. Ahora ya les llevan y traen en coche a casa por seguridad. La compañía de transporte regular a Bilbao suprimió hace años las paradas en Gijano, a pesar de estar señalizadas. En su reciente respuesta escrita, el subdelegado concluye que el tramo «se encuentra bien vigilado, sin defectos de señalización que hagan la vía peligrosa» y aunque admite que «el exceso de velocidad es una infracción recurrente, hasta el momento no tiene repercusión sobre la siniestralidad vial».