La Fundación Monasterio Santa María de Rioseco no se detiene y continúa persiguiendo nuevos objetivos para revitalizar y recuperar el cenobio cisterciense. Este año que acaba de empezar, sus responsables se empeñarán en la búsqueda de fondos para habilitar un bar y una cocina, así como para concluir las obras iniciadas el pasado año en la Torre del Abad con la creación de un mirador que permitirá a los visitantes subirse a una atalaya privilegiada.
En 2020, el presidente de la Fundación, Juan Miguel Gutiérrez, y el arquitecto Félix Palomero, ya advertían al entonces director general de Patrimonio, Gumersindo Bueno, de que la situación de la torre de cinco plantas era «crítica». Hubo que esperar, pero en diciembre de 2023, la Junta de Castilla y León volvió a apostar por el potencial de Rioseco y se comprometió a colaborar con 271.000 euros en la rehabilitación de la torre. El pasado año se ejecutó una primera fase de las obras, con un presupuesto de 180.000 euros, que se destinaron a coser grietas, instalar cinchos, rematar los muros y eliminar la hiedra que, por un lado mantenía la torre, pero por otro la devoraba.
Las obras también se centraron en la zona contigua del palacio renacentista y a mediados de febrero continuarán con la instalación de una gran estructura de madera laminada con cubierta, que servirá de contención de los dos paños que quedan de los cuatro que formaron el cubo de la torre y completará la forma original de la edificación. Gutiérrez avanza que a finales de marzo, la estructura que ya montan en Covarrubias los profesionales de Construcciones Rafael Vega, estará instalada por completo. Los trabajos de este año sumarán otros 100.000 euros, pero aún faltan otros 30.000 para poder afrontar la instalación de una escalera metálica -de tramex- y dos miradores que saldrán de las ventanas que coronan la torre.
Dar con esos fondos es la tarea en la que trabaja la fundación que también perseguirá lograr una de las ayudas de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte destinadas a proyectos de gestión de bienes del patrimonio, para habilitar un bar que ofrezca un refrigerio y servicios de restauración a los visitantes y una cocina, cada vez más necesaria para las empresas de catering que atienden los eventos, sobre todo bodas, que se celebran en el monasterio.
Gutiérrez Pulgar se muestra optimista ante la posibilidad de lograr una de las subvenciones de la convocatoria de este año, porque Rioseco reúne todos los requisitos que exige la Junta de Castilla y León, como el de realizar tareas de investigación -estudios, publicaciones, charlas...-, promover una actuación en el patrimonio y que ello conlleve un beneficio económico y social. La Fundación ya tiene dos personas en nómina, una de mantenimiento y otra de atención a visitantes, que regresará a su puesto en 1 de abril. Además de todo ello, también espera reunir otros 11.000 euros para dotar al Aula de Estudios de mobiliario y suministro de electricidad e internet.