Sin perder la sonrisa y entusiasmada con su nuevo reto, la periodista y bloguera Beatriz Miranda acudió ayer a Burgos con el reconocido modista Lorenzo Caprile como maestro de ceremonias para presentar su libro Sin noticias de Dior. Desde el principio del acto -organizado por la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Burgos- ambos demostraron que tienen mucho feeling y se mostraron encantados de estar haciendo un buen tándem en todas las ciudades en las que lo han presentado:Madrid, Pamplona, San Sebastián, Ávila y Salamanca. De hecho, el propio Caprile bromeó asegurando que eran como «La Piquer y su baúl», al tiempo que reconoció que le ha hecho mucha ilusión que su amiga Beatriz contara con él y le pidiera «ayuda para revisar el manuscrito».
Preguntado por el momento que atraviesa el sector, el modista aseguró que «está muy bien» -recordó varias de las empresas españolas que han traspasado fronteras tanto en el ámbito textil, como nupcial, de joyería o zapatería- aunque reconoció que, como en todos los ámbitos, «hay crisis».
Respecto a si es seguidor de algún blog, apuntó que «hablar de este mundo es hablar del infinito, porque hay muchísimos para todo tipo de gustos y lectores», pero sí reconoció que está pendiente de algunos «profesionales». «Lo que lleva tal actriz o una niña que esté de moda, me puede hacer gracia en un momento dado pero no influye en mi trabajo», dijo.
Caprile comentó también que no se plantea escribir sus Memorias, aunque sí avanzó que probablemente en Navidad se reedite el único libro que ha escrito sobre el mundo de la moda y las novias:Vamos de boda.
Sobre Sin noticias de Dior, la autora y bloguera de El Mundo (ha usado el nombre de su diario personal como título de su novela) aseguró que es«una historia un poco surrealista, una ficción en la que utilizo la moda como un personaje más». Respecto a la protagonista, destacó que es una mujer de 62 años que ha vivido muy de cerca el mundo de la moda, con mucho gusto y coleccionista, de ahí que sabe apreciar el valor de todas las prendas que se ha puesto. Nada, que es como se llama esta señora, cuenta con un grandísimo vestidor, que es otro de los protagonistas del libro, en cuanto que sirve de escenario, de zulo de secuestro de su propio servicio doméstico. «A partir de ahí, surgen una serie de situaciones surrealistas en las que cabe el humor y el drama», resumió.
Por su parte, Caprile aseguró que el libro es «muy entretenido» y que no hay que ser un aficionado ni un entendido en moda para disfrutarlo. De hecho, consideró que despierta en el lector curiosidad por descubrir la historia de la moda, de los trajes y los creadores.