Excelentes y sin complejos

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Obtuvieron el curso pasado algunas de las mejores notas de la EBAU y en septiembre llegaron a la UBU. Este grupo de superestudiantes cuenta cómo ha sido aterrizar en la vida universitaria

Itsaso, Esther, Adán, Elena y Darío, el pasado jueves en Derecho. - Foto: Luis López Araico

Como la inmensa mayoría de quienes son grandes estudiantes, no alardean de sus expedientes, que en algunos casos son estratosféricos. Todo lo contrario. Esta pequeña representación de algunas de las mejores notas de la EBAU que comenzaron en septiembre pasado sus estudios universitarios está compuesta por chicas y chicos llenos de prudencia, discreción, vocación e ideas claras. La élite de Secundaria ha pasado ya su primer cuatrimestre en la Universidad de Burgos y reflexiona en estas líneas sobre el cambio que supone salir del instituto y comenzar una vida más adulta, sin tanto control del profesorado, con nuevas amistades y, en algún caso, con la oportunidad de volar de la casa familiar... aunque se vuelva los fines de semana.

En la cafetería de la Facultad de Derecho y con todo el ruido de fondo de la hora de los menús, Esther Casas (Derecho y Ciencias Políticas), Elena Mata (Magisterio de Educación Primaria) , Itsaso Madrigal (Ingeniería de la Salud), Darío Calvo (Comunicación Audiovisual) y Adán Rodríguez (Químicas) cuentan su experiencia y hablan de asignaturas favoritas y aspiraciones profesionales, algunas ya bastante perfiladas.

Esther Casas comenzó con el mejor pie posible. A mediados de junio y tras los exámenes que tenían en vilo a todos los bachilleres, recibió la llamada de la UBU que le comunicaba que era una de las dos mejores notas de la selectividad de toda la provincia de Burgos: «Sabía que me había salido todo bien pero quizás podría haberme equivocado en algo y por eso me sorprendió mucho la buena nota que obtuve. Creo que la clave está en que soy constante, que estudio y me esfuerzo mucho y que sacrifico algunas cosas como salir de fiesta cuando tengo exámenes».

Y así sigue esta exalumna del Diego Marín Aguilera una vez iniciado el grado de Derecho y Ciencias Políticas, que le está yendo, palabras textuales, «sorprendentemente bien»: «No esperaba que me fuera a ir tan bien en la universidad, creía que iba a ser más complicado y me preocupaba que el cambio de la forma de dar clase con respecto al instituto iba a ser más difícil».

(El reportaje completo, en la edición impresa de este lunes de Diario de Burgos o aquí)