Alcaldes de la Ribera piden mejorar la recogida de enseres

C.G. / Aranda de Duero
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Durante 2024, el servicio de recogida de residuos sólidos trasladó un total de 121 toneladas al punto limpio de Aranda desde los pueblos de la comarca

Enseres que no pudieron recogerse en la última visita del Consorcio al punto limpio de Milagros. - Foto: C.G.

El Consorcio de Tratamientos de Residuos Sólidos de la Provincia de Burgos recogió, durante 2024, un total de 121 toneladas de muebles y enseres en la comarca. Se trata de los datos de entrada al punto limpio de Aranda recogidos en el pasado año por esta entidad. Esta cifra supone aproximadamente el 60% de lo que genera la capital ribereña, pero en una población bastante menor, unas 22.000 personas. 

Este servicio de recolección se ofrece a los pueblos un día al mes, sin embargo, no evita la acumulación continua de muebles, electrodomésticos u otros elementos por las calles. «Contamos con un área de aportación de residuos, pero la gente sigue tirando las cosas donde quiere», explica el alcalde de Milagros, Pedro Miguel, e insiste que un sólo día al mes resulta muy poco, ya que el vehículo que pasa no da abasto. «En la última visita había objetos como para dos camiones», dice Miguel. Esta situación se repite en otros municipios que también cuentan con espacios adecuados para ello como Castrillo de la Vega, Fuentespina o Villanueva de Gumiel. «Tenemos un problema muy serio con los enseres abandonados en la vía pública», dice Diego Ruiz, primer edil de Castrillo.

Muchos de los alcaldes de la comarca se muestran preocupados porque a pesar de contar con una normativa de recogida muy clara, algunos  vecinos continúan abandonando casi cualquier tipo de residuos por las calles, sobre todo junto a los cubos de basura. «Nos hemos planteado colocar un parapeto para tapar los contenedores como las que utilizan en las grandes ciudades y así disuadir a los vecinos de abandonar los enseres», explica Manuel Cereijo, concejal de Fuentenebro. 

En el caso de este municipio, como en muchos otros de la Ribera, no disponen de un punto específico para depositar los enseres y sus ciudadanos tienen que esperar al día de recogida para sacar los trastos de sus viviendas, algo que no siempre cumplen. «No podemos ni siquiera plantearnos crear un espacio para ello, nos da miedo hacerlo y que pueda generar problema a la larga», comenta Cereijo.

Una de las quejas que más se repiten por todos los alcaldes tiene que ver no solo con los lugares donde se abandonan los residuos, sino con la naturaleza de estos. «Dejan  neumáticos de caucho y escombros en cualquier terreno perdido», cuenta María José Mato, alcaldesa de Fuentespina. Precisamente, en este caso, ninguno de estos objetos podría recogerse para llevarse al punto limpio de Aranda, puesto que se trata de desechos con un carácter especial.

Las basuras abandonadas en el campo se han convertido en otra de las preocupaciones de los alcaldes rurales. «Nos dejan lavadoras en medio del monte», comenta uno de los ediles. «La mayoría de los vecinos se comportan de manera cívica», explica Felipe Nebreda, responsable del Ayuntamiento de Villanueva. Sin embargo, aún encuentran con trastos y desechos fuera de lugar.

Muchos de ellos señalan a parte de la población flotante que pasa los meses de verano en el pueblo, que al no conocer las normas, las incumplen. «Intentamos llegar a más gente con cartelería, pero vamos a tener que pensar en otras medidas», concluye Pedro Miguel.