Es parte de su rutina. Como el que acude al bar para leer la prensa diaria mientras desayuna o el que se da un paseo, hay quien muchas mañanas pone rumbo fijo al campo anexo de Anduva para presenciar el entrenamiento a puerta abierta del Mirandés. O hay quien hace todo ello porque la jubilación se lo permite. Sin embargo, lo que se sale de la normalidad no es la acción en sí, es la conversación que la acompaña. «Si el domingo ganamos al Zaragoza, estamos arriba. Te lo digo yo», se escucha a un aficionado mientras presencia el entrenamiento de su equipo, con Lisci dando órdenes al fondo. «Calla, calla, no seas agorero», le responde otro que prefiere pecar de cauto. Pero sea como sea, que ahora la discusión trate sobre un posible ascenso a Primera Divisiñón es lo extraordinario y muchos de esos aficionados lo tienen presente.
«Esto no es normal. Hace cuatro días jugábamos con el Bembibre o con el Agoncillo. Estamos teniendo una gran fortuna de cómo está tirando el equipo para adelante, pero la lógica dice que el Mirandés debería ser un Tudelano. Hay que disfrutarlo, que somos el Mirandés y esto que estamos viviendo sabemos que quizá no lo volvamos a ver jamás», afirma Roberto antes de marcharse de la zona espoleado por Isabel, que presume de haber «aguantado días en los que caían chuzos de punta o hacía -8ºC».
Todos ellos están de acuerdo en que, pase lo que pase en las nueve jornadas restantes, deben disfrutar. Eso sí, también opinan de manera compartida que el próximo partido, en el que el Mirandés visita al Zaragoza el domingo a las 14:00 horas, puede ser clave. «Si en La Romareda podemos hacer algo, el ascenso se puede conseguir, pero es que el Zaragoza se está jugando todo. Lleva años jugando con fuego», avisan antes de que se produzca un debate sobre los máximos candidatos a subir de categoría y a si el Mirandés está entre ellos.
La mayoría de ellos no temen en decir que se va a subir, pero otros no quieren ser agoreros
«El Elche es uno de los que va a subir y, si engancha la promoción, ojo al Almería. Pero es que tengo una corazonada de que este año va a subir el Racing de Santander, que es un histórico», comparte con cierta resignación -y muchas horas de fútbol como respaldo para soltar tal afirmación- José Luis. Él no quiere dar a los suyos como favoritos, aunque la camiseta y la chaqueta de chándal del Mirandés que porta reflejan que no será por ganas. Pero él es precavido. Es quien pecaba de cauto en la charla del inicio.
Pero tanto miedo tienen algunos en afirmar que se va a producir el ascenso como desidia otros. De hecho, ese con quien José Luis estaba hablando es José Mari y él lo tiene claro. Su opinión es totalmente contraria y sirve para personificar la ilusión generalizada entre la afición rojilla: «Estamos diciendo que hemos perdido el otro día en Albacete. ¿Y? No pasa nada, estamos a dos puntos del líder. Hubo mala suerte y si seguimos jugando bien, se tiene que acabar», zanja José Mari, que tiene claro el motivo por el que quiere ver a los suyos en Primera.
«Vengo a Anduva con mi nieto y está disfrutando más que nunca. Alucina. Me dice 'Abuelo, ¿pero si subimos vamos a jugar contra el Barça o el Madrid?' No se lo cree, lo ve como dos mundos diferentes», expresa entre risas. Y es que este Mirandés está haciendo soñar a todos. A pequeños y a mayores.