Sobre el papel, inicialmente todo encajaba. Ante la convocatoria de incentivos a proyectos singulares de comunidades energéticas del Ministerio para la Transición Ecológica, el Ayuntamiento preparó un documento para solicitar 92.000 euros e intentar colocar placas solares en el CEIP Anduva con las que suministrar energía tanto a inmuebles municipales como a las comunidades de vecinos y comercios que se adhirieran a la iniciativa. Sin embargo, cuando el Gobierno de España publicó las bases de estas subvenciones, la administración local comprendió que no se ajustaban a su plan porque obligaban a instalar o adquirir maquinaria más costosa que solo tendría sentido en programas de mayor calado, por lo que esta propuesta se ha terminado descartando.
El concejal de Urbanismo y Servicios, Guillermo Ubieto, comenta que, desde su punto de vista, el «Estado, obedeciendo a intereses que no son precisamente los públicos, ha cambiado los criterios y los requisitos para acceder a la última convocatoria y al final esto ha beneficiado a grandes ciudades con proyectos de grandes empresas que no son Pymes o pequeños negocios, sino que son requisitos hechos a la medida de las grandes empresas». Ahora bien, pese al fiasco de esta línea de ayudas nacionales, el Consistorio aún quiere apostar por la energía limpia y, de hecho, ya tiene en mente otro programa diferente sobre placas solares.
Ubieto por ahora prefiere no detallar demasiado este nuevo plan. No obstante, adelanta que el equipo de gobierno trabaja para «sacar dentro de poco un pliego» con el que se inicie un«concurso» público para instalar paneles sobre «muchos tejados de edificios municipales». El líder de IU-Podemos en la ciudad del Ebro describe que el proyecto se centraría en garantizar el «autoconsumo eléctrico» de los inmuebles que dependen del Ayuntamiento «a través de energía fotovoltaica», de tal forma que se lograría reducir el golpe de estos suministros en las arcas municipales y lograr un importante «ahorro económico», pero también «disminuir el impacto sobre el medioambiente». Pese a que se alza como un sistema que cumple ciertos objetivos marcados por su Concejalía, la iniciativa tendrá un funcionamiento distinto al de la comunidad proyectada inicialmente porque, a priori, no se abrirá un proceso para incorporar a vecinos y comerciantes de Miranda.
A diferencia del nuevo programa, la comunidad energética que se quería financiar con el apoyo del Ministerio iba a implicar la constitución de una entidad con personalidad jurídica propia en la que se introducirían tanto el propio Consistorio como los particulares interesados, que deberían haber aportado una parte del dinero inicial y más tarde habrían amortizado esta inversión gracias al ahorro en sus facturas. En este sentido, la potencia de aquel programa llegaba hasta los cien kilovatios y la producción anual superaba los 110.000 kilovatios por hora, lo cual suponía una generación de luz similar a la que necesitan cerca de medio centenar de hogares.
Con una potencia u otra, aquel proyecto se ha descartado, como ya ocurrió con la comunidad energética que la Cámara de Comercio quería impulsar en el polígono de Bayas y que no obtuvo el respaldo de suficientes compañías.