Hace dos semanas un gran operativo de la Policía Nacional sobresaltó a la ciudad. Los agentes buscaban el cadáver de Marisa Villaquirán, una mirandesa desaparecida hace 20 años. Pese a la esperanza inicial, la ciudad, y sobre todo la familia, quedó rota tras no encontrarse nada, aunque todo aquello sirvió para que el caso que dormía saltara de nuevo a la primera línea. Como ejemplo, la pancarta con la pregunta sin respuesta vuelve a verse y Miranda se cuestiona, ¿dónde está Marisa? El grupo Mujeres en la Calle reivindicó ayer este lema en la concentración que realiza cada último jueves de cada mes, en los llamados Jueves sin Sol. En este acto, denuncian la violencia machista, pero en esta ocasión, la treintena de personas reunidas pese al frío solo pensaban en la historia de su vecina.
La portavoz del colectivo, Marian Rocandio, reconoció que «es especial, porque hemos vuelto a sacar de nuevo esa pancarta reivindicativa, para seguir peleando e insistiendo en que esa investigación siga abierta». En el grupo recuerdan que la desaparición de Marisa contó con un inicio que marcó el devenir de toda la investigación, porque se tardó mucho en mover las primeras piezas, pese a que unos vecinos alertaron en Comisaría de que la metieron contra su voluntad en un coche. El exmarido y otro cómplice fueron condenados por retención ilegal, aunque ellas consideran que el crimen permanece impune.
«Todavía hay margen y el caso no prescribe hasta 2029, por lo que hay tiempo para que los culpables paguen», reivindicó Rocandio, quien reconoció que «la familia necesita que se aclare lo que pasó, ya que el dolor sigue ahí». Para cerrar la herida, en el colectivo reclaman tirar del hilo que sembró la última esperanza. Tras la información aportada por una fuente del entorno familiar del exmarido de Marisa, no se logró lo que se pretendía, pero «cuando se movilizan todos los equipos que trajeron tenía que haber algo serio y hay que seguir investigando», demandó la portavoz.
Rocandio admitió que «habíamos asimilado que el caso quedaría así, también la familia», aunque el registro del jueves 16 en la iglesia evangélica y el local anexo hizo que las conciencias despertaran. Por eso, tras lo sucedido, piden saber dónde está Marisa y Mujeres en la Calle promete que «no vamos a permitir que vuelva a quedar en el olvido».