Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


La china en el zapato

03/10/2023

Todos los ojos están puestos en Waterloo, donde reside el hombre que tiene en jaque a Pedro Sánchez, y de cuyo dedo, hacia arriba o hacia abajo, depende que el actual presidente pueda continuar su mandato.

Además de las exigencias de los independentistas y del chantaje de Junts y de ERC, Pedro Sánchez tiene una china en el zapato que le puede obligar a detenerse y quitársela si pretende seguir andando: Sumar.

Yolanda Díaz no está resultando la figura más eficaz como compañera de gobierno. No tuvo el resultado que le auguraban las encuestas, aunque Sánchez lo compensó con el que tuvo él mismo, el PSOE, mejor de lo que auguraban esas encuestas. Pero Yolanda, en su afán por hacer honor al nombre de su partido, Sumar, lo llenó de siglas que han acabado por convertirlo en un guirigay en el que falta pegamento y un proyecto compartido. Mientras sobran rivalidades, celos y diferencia de trato de Yolanda en función de las relaciones personales que mantiene, o mantenía, con algunos de sus miembros.

Los ojos están pendientes de Puigdemont y del número de votos que aportaría en la sesión de investidura de Pedro Sánchez -si la hay- mientras se escapan detalles que demuestran que Sánchez no puede estar seguro del apoyo de los 31 votos que tuvo Sumar el 23 de julio.

Si Sánchez se somete finalmente a una investidura, lo más probable es que reciba esos 31 votos a favor, pero la marejada interna puede derivar en tsunami una vez inicie su nuevo mandato como presidente.

Pablo Iglesias no va a perdonar a Yolanda Díaz ni a Pedro Sánchez el trato humillante al que están sometiendo a Podemos, menos todavía cuando ese trato ha sido especialmente hiriente con Irene Montero, su mujer. También en Izquierda Unida y Compromis se advierten gestos de reproche a Díaz, y cuando la mayoría del posible gobierno sería tan precaria y sostenida por dos partidos a los que no importa España porque pretenden la independencia, ese gobierno difícilmente llegaría no al final de la legislatura, sino a la mitad. Lo explican personas cercanas a Sánchez, que no las tienen todas consigo respecto a sus posibilidades de gobernar sin ir de sobresalto en sobresalto hasta el momento dramático en el que se vea obligado a tirar la toalla.

Una de esas personas próximas a Sánchez admitía que lo mejor que le podía ocurrir al presidente era que Puigdemont no aflojara en su chantaje y Sánchez convocara elecciones porque no salvaría la investidura sin los votos independentistas. Porque el futuro se presentaba infernal, pero sobre todo porque, decía, a pesar de que unas nuevas elecciones daría al PP más escaños, no sumaría pocos más que ahora con Vox, porque el partido de Abascal perdería un número considerable de escaños… aunque Feijóo tendría varios procedentes del PSOE.

No son las cuentas del barquero, sino apuntes de un sanchista que conoce los datos que maneja el presidente.