Las actividades y exposiciones que se llevaron a cabo para conmemorar el V centenario de la primera circunnavegación buscaron rescatar el papel clave que tuvieron los burgaleses, así como la propia ciudad y provincia, en una gesta de dimensión planetaria que exploraba una ruta hacia la India por el oeste para llegar a las islas de la Especiería, en el archipiélago de las Molucas, su verdadero objetivo, y que acabó siendo el origen de la globalización.
Por todos son conocidos los nombres de Fernando de Magallanes, navegante portugués, y Juan Sebastián Elcano, el primer hombre que consiguió rodear todo el orbe y abrir una ruta a la tierra de las especias -tal y como refleja el escudo de armas que le dio Carlos V, donde aparecen dos palos de canela cruzados, tres nueces moscadas y doce clavos de especia-.
Para que aquella expedición llegara a buen puerto hubo otros hombres como Cristóbal de Haro, comerciante burgalés que financió buena parte del viaje; Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos que intercedió con la corona para que el proyecto saliera adelante y ayudó a la creación de la Casa de Contratación, cuyo primer tesorero fue el oriundo de Villasana de Mena Sancho de Matienzo; y Juan de Aranda, oficial del organismo que controlaba las expediciones de ultramar.
La trascendencia de estos marineros ha sido reconocida por los investigadores.Pero hubo más. Anónimos burgaleses marineros de tierra adentro que se embarcaron en esta aventura y que ahora gracias a la Unidad de Educación y Cultura de la Diputación Provincial de Burgos y al compromiso del grupo de investigadores formado por Juan Ruiz Carcedo, Fernando Sánchez de la Rosa, Tomás Manzón, Carlos García y Adelaida Sagarra han inmortalizado y rendido homenaje a estos intrépidos exploradores a través de la página web www.burgalesesenlaespecieria.es y con placas informativas en diversos municipios, así como en el Consulado del Mar.
«Bien es verdad que cuando hablamos del Burgos de los siglos XV-XVI no había exactamente unos límites provinciales, al menos no como los conocemos ahora, pero queríamos poner de manifiesto que hubo burgaleses nacidos en lugares que hoy son la provincia que se embarcaron en los dos viajes (el de Magallanes y Elcano y el de García Jofré de Loaísa y Elcano). Y queríamos no sólo darles un reconocimiento general, sino que en los sitios en los que nacieron tuvieran un distintivo, de manera que sus paisanos pudieran conocerlos», declara Sagarra, americanista y profesora de la UBU.
Se trata de unas placas, ubicadas en las localidades de Brizuela, Frías, Cornejo, Valpuesta y Espinosa de los Monteros y que corresponden a los lugares de origen de Francisco de Espinosa, Hernando de la Torre, Pedro Gómez, Pedro de Valpuesta, Gonzalo Gómez de Espinosa y Juan Gómez de Espinosa, respectivamente. «Tropezamos con que Juan de Sagredo era de Revenga, pero no hemos localizado de qué Revenga era, así que tenemos pendiente colocar en Burgos una insignia de los burgaleses nacidos en la ciudad o de aquellos que no se han podido determinar con exactitud su procedencia y pensamos incluirlo porque no queremos que se quede fuera ni caiga en el olvido». De ahí que en la web sólo aparezcan los seis personajes confirmados de la armada a la Especiería procedentes de municipios de la provincia y no los nueve burgaleses de los que al menos se tiene constancia de que se embarcaron en expediciones.
«A los importantísimos mercaderes burgaleses a lo mejor la gente no les conoce con detalle pero saben lo que hicieron, pero algunos de estos nautas eran completamente desconocidos, gente de oficio, del común. Es muy importante dar a conocer estos otros personajes porque nunca estarán en letras de oro, solo en nuestras placas y, sin embargo, sin ellos las cosas hubieses sido de otra manera. No sé si peor o mejor, pero distintas», añade.
Ahí está Gonzalo Gómez de Espinosa, capitán general a la muerte de Magallanes, y responsable de que Juan Sebastián Elcano regresara a España, completando así la primera vuelta al mundo, mientras él decidió quedarse a arreglar la nao Trinidad. O Hernando de la Torre, que a la muerte de Loaísa y Elcano en el segundo viaje fue elegido capitán general, liderando la contienda contra los portugueses en las islas Molucas, negociando la capitulación y posterior traslado a Castilla de los supervivientes.
Los otros, aunque menos «relevantes», tal y como asegura Sagarra, son «interesantes» por su condición de criado (algo que nada tiene que ver con el concepto actual). «Eran personas al servicio de una casa, un cargo más relacionado con la gestión administrativa. Hombres de acción, agencia e información que estaban en la tripulación y tenían su peso y relevancia. Guardan más importancia de la que probablemente podamos pensar ahora».
Su trascendencia ya ha sido reconocida por los investigadores y algunos, como Gómez de Espinosa tiene una calle en su localidad natal o da nombre a un edificio, Sancho de Matienzo al instituto de Villasana. Ahora, los otros héroes de la primera vuelta al mundo cuentan con un reconocimiento público que rememora sus hazañas y los rescata del olvido.
Otear el horizonte. El 4 de noviembre se cumplirán 500 años de la muerte de Juan Rodríguez de Fonseca en el palacio episcopal de Burgos y para conmemorar ese aniversario se están organizando diversos actos. «Queremos dar a conocer su figura, que es polifacética. Para ello, tenemos en mente un ciclo de conferencias en colaboración con el Cabildo y la Institución Fernán González, algunas de ellas en la Diputación y otras en la Escalera Dorada de la Catedral, donde también habrá una pequeña exposición», afirma Sagarra, a la que se sumará también una gran muestra prenegociada ya con el Ayuntamiento de Burgos sobre el obispo, su entorno y su mundillo, pero a la que le «falta atar cabos todavía» en lo referido, por ejemplo, a su ubicación. «Nos da tiempo para buscar nuevos hallazgos documentales y cosas que aportar», concluye.