Lo que hace 20 años parecía que iba a constituir una ocupación mínima de su tierra de labranza se convirtió finalmente en toda una invasión. Al punto de que no puede cultivarla, debido a la presencia de una señal, de una acequia, de varios postes y de una maraña de cables de luz y teléfono que discurren por debajo de la parcela. En su día, Fomento le pagaba 183 euros por la ocupación de una franja de terreno para la ampliación de los accesos al área de La Brújula. Pero tras años pidiendo por las buenas al Ministerio un precio más justo, Ernesto Núñez decidió acudir a la Justicia, que ahora le ha dado la razón y establece que Transportes debe abonarle 3.570 euros, que tampoco es mucho, porque su representación legal reclamaba algo más de 12.000 euros.
Su litigio con el Ministerio de Fomento entonces, y Transportes ahora, comenzó en el año 2001. Parte de su parcela de 2.100 metros cuadrados de la que es dueño fue objeto de expropiación en 2001, por el proyecto de 'Ordenación de accesos a la zona de servicios de La Brújula', que contemplaba la ampliación de las rampas y que afectaba a terrenos de Monasterio de Rodilla, que es donde se halla la finca de Ernesto Núñez, pero también de Quintanapalla y Fresno de Rodilla. El justiprecio fijado fue de 183 euros. En ese momento el propietario de la tierra, con quien se ha puesto en contacto este periódico, utilizó solo la vía administrativa para reclamar más dinero, pero no le hicieron mucho caso.
«Pero ahora es imposible cultivar nada; de hecho, llevamos años sin labrarla, cuando antes producía cereal», advierte Ernesto. La causa es que hay varios postes, una señal, una acequia y numerosos cables de la servidumbre de paso que se han soterrado a una distancia que impide el cultivo de toda la finca.
La sentencia que ahora ha dictado el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) da en parte la razón a Ernesto Núñez por la imposibilidad absoluta de aprovechamiento de la finca. En este sentido, la Sala de lo Contencioso Administrativo de Burgos establece que el justiprecio ha de elevarse hasta los 2.166 euros en concepto de indemnización por demérito, una suma a la que hay que añadir otros 642 euros «por la imposibilidad de cultivar la parcela durante 20 años», según señala el fallo judicial.
«La tierra no es muy grande, eso es verdad, pero hasta que Fomento no empezó con el proyecto de las rampas de La Brújula siempre había estado sembrada de cereal», recuerda el dueño. «Por lo menos ahora la Justicia nos da lo que era nuestro, aunque la cosa ha tardado 20 años», comenta. La indemnización final que fija el TSJ es de 3.570 euros porque hay que sumar los intereses de demora de todos estos años.
Por otra parte, Ernesto solicita que el Ayuntamiento de Monasterio de Rodilla adquiera su finca, «a un precio que sería razonable», dado que él no puede cultivarla y al pueblo le podría venir bien para darle cualquier uso. Como él señala la tierra es labrable y en cualquier momento podría decidir meter un tractor para sembrar, «pero la mayoría de los cables se iría al garete y con ello toda la luz y el teléfono». No quiere llegar a ese punto, por lo que considera bueno que la localidad se quede con su propiedad. En todo caso, celebra haber concluido un litigio que llevaba persiguiéndole dos décadas y que ahora toca a su fin, aunque para ello haya que haber hecho uso de los tribunales de Burgos.