«En el campus te olvidas de todo y disfrutas entrenando»

DIEGO PÉREZ LUENGO / Burgos
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Trabajos de verano (VII) |La vida de Chema Campo no se entiende sin el baloncesto, entrena durante todo el año, pero cuando llega el verano los campus sacian su sed antes de poder desconectar

A Chema Campo coincidir con personas de distintas nacionalidades, dice, le ayuda a aprender cosas nuevas. - Foto: Miguel Ángel Portilla

La vida de Chema Campo no se entiende sin el baloncesto. Es algo que traspasa el trabajo que fue en su día y el hobby en el que se ha convertido actualmente para él. Durante el invierno se encarga de entrenar a categorías inferiores tanto escolares como federadas y cuando llega el verano no falla en los compromisos que ha tenido a lo largo de su carrera en diferentes campus. De estos campamentos deportivos Campo destaca que «ahora se ha producido como un boom en el que cada vez va más gente», pero él cuenta con la suficiente experiencia para poder hablar con propiedad sobre ello.

«He entrenado en campus que se organizaban desde la Federación de Castilla y León, en otros que he organizado yo o incluso en el de Eduardo Pascual en Ribadeo». Sin embargo, en el que se ha convertido en imprescindible es en el que organiza el Baskonia en Vitoria. «Allí la gente va con mucha ilusión y ganas de aprender de baloncesto». Además se trata de un campus internacional en el que se reúnen tanto jugadores como entrenadores de varios países, desde Georgia, a Italia o Macedonia.

Campo reconoce que muchas de las personas con las que ha coincidido allí a día de hoy las puede considerar amigos. «Me parece que es muy enriquecedor conocer a gente nueva de la que aprendes otros puntos de vista». La categoría de los chavales de los que se hace cargo en los entrenamientos va variando, pero habitualmente se ocupa de aportar y difundir sus conocimientos entre los juveniles. «Lo mejor es que puedes entrenar de verdad al baloncesto sin tener en cuenta para nada los resultados ni clasificaciones ni nada por el estilo» señala. 

Otro de los momentos más satisfactorios se produce cuando le ha enseñado algo a uno de sus pupilos y días o meses más tarde le envían un mensaje con el vídeo o la hazaña que han logrado. «Me pasó con un jugador junior del Joventut que le tiró un caño al pívot del Barcelona y justo habíamos estado practicando eso en el campus. Son cosas que te sirven para darte cuenta de que los entrenadores dejamos marca en los chicos».

Lo cierto es que es muy distinto el baloncesto en invierno y en verano. «El campus es un punto en el que dejas de buscar tu temporada y disfrutas entrenando» remarca Chema Campo. Declara también que llega un momento en el que por mucho que te guste ese deporte tienes que desconectar y liberarte porque si no la temporada normal luego no la aguantas.

Después de haber estado yendo muchos años acudiendo para trabajar, estas últimas campañas ha acudido como voluntario y gracias a ello se ha topado con muchas anécdotas. Ahora mismo, desde la experiencia, él mismo observa que «puedo aportar muchas cosas porque ahora ves todo con perspectiva» y así es como disfruta del basket.

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