Por décimo séptimo día consecutivo se mantiene el pulso entre el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, y el barco humanitario español Open Arms, que espera fondeado frente al puerto de Lampedusa a poder desembarcar a los 107 migrantes que aún siguen abordo.
En la tarde del sábado, presionado por el primer ministro, Giuuseppe Conte, Salvini autorizó de mala gana el desembarco de los 27 menores no acompañados que estaban en el buque desde que el 1 de agosto fueron rescatados con el resto de los migrantes en el Mediterráneo.
Tras su llegada a tierra e identificación, el líder de la ultraderechista Liga aseguró que 8 de ellos habían declarado tener más de 18 años, acusando a Open Arms de falsear los datos.
La situación sigue estancada, a pesar de que la Guardia Costera comunicara que no veía impedimentos para el desembarco de los migrantes, y de que un tribunal italiano anulara la prohibición de entrada a las aguas territoriales italianas declarada por Salvini.
"Día 17. Miserable. Miserable es quien utiliza a 107 seres humanos sin nombre y a un puñado de voluntarios como rehenes para hacer propaganda xenófoba y racista a costa de su sufrimiento. Cómplices, todos aquellos que lo consienten y se burlan de su dolor", escribió hoy la ONG española en sus redes sociales.
A lo que el ministro italiano respondió acusando, a su vez, a la tripulación de mantener como rehenes a los rescatados. "Durante 17 días, en lugar de ir a un puerto español, estos caballeros retienen a los inmigrantes a bordo como rehenes (incluidos falsos enfermos y falsos menores) solo para atacarme y provocarme, a mí y a Italia. No me asustáis, lo siento por vosotros. No me rindo", escribió Salvini en su cuenta de Facebook.
Desesperación
Al menos cuatro migrantes a bordo de la embarcación se han lanzado al agua este domingo para alcanzar la isla de Lampedusa (Italia), según puede verse en un vídeo difundido por el fundador de la ONG, Òscar Camps, a través de su cuenta de Twitter.
En las imágenes se aprecia cómo algunos socorristas se acercan a nado a los migrantes que se dirigen hacia tierra firme con la intención de "pararlos", según Camps.
"Avisamos hace días, la desesperación tiene límites", ha añadido el fundador de Open Arms.