Una comarca en guardia

R.E. MAESTRO / Melgar de Fernamental
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Mónica Herrera soñaba de niña con hacer kárate, pero en Sasamón no había y al crecer se formó hasta crear hace diez años su escuela en el medio rural. Ahora lo ha puesto de moda en Odra-Pisuerga

Mónica Herrera enseñando kárate en el colegio de Melgar. - Foto: Sofía Ramis

De pequeña soñaba con hacer kárate, pero al residir en el pueblo resultaba imposible disfrutar de dicha actividad. Mónica Herrera demostró que para ella no hay imposibles y cuando creció consiguió su sueño de aprender todas las técnicas. Y deseaba ir más allá. Aspiraba a dedicarse al mundo de las artes marciales y así nació su propia escuela, que este curso se encuentra de celebración al cumplir una década en funcionamiento. «Lo quería traer al medio rural para dar a la gente esa oportunidad que yo no tuve», explica, ya que tiene la sede instalada en Sasamón -su municipio- y, además, se desplaza con sus clases por toda la comarca Odra-Pisuerga y parte del Alfoz.

El kárate ha llegado al medio rural de la mano de esta maestra y lo ha puesto de moda entre pequeños, jóvenes y mayores. «Igual los niños de la ciudad tienen para elegir todas las actividades que quieran, por lo que la idea de esto era realizarlo en el medio rural y de una forma consistente, que dure en el tiempo y que tenga continuidad», expone Mónica. La escuela de artes orientales Shuiro ha crecido con el paso de los años con la idea de «hacer comarca» como uno de sus grandes objetivos, permitiendo así que la gente de pueblos cercanos se conozca mientras se lo pasan bien con una actividad muy novedosa y con múltiples beneficios para la salud. Así, actualmente posee 24 grupos de diferentes edades repartidos por los pueblos del entorno, especialmente de la zona oeste de la provincia burgalesa.

En el colegio Domingo Viejo de Melgar de Fernamental se imparte este año la clase para los pequeños -que tienen entre 4 y 13 años- como una extraescolar más. Están apuntados 14 chavales y este se trata del «número perfecto» para poder aprender. Los hermanos Mario y Eric, de Melgar, han sido los últimos en incorporarse a este grupo. Sus compañeros, muchos ya amigos de cole, les han empezado a enseñar los pasos básicos. Y entre quienes más saben se encuentran Gael y Neila, procedentes de Sasamón. Ambos demuestran una gran habilidad de movimientos y evidencian el compañerismo que existe en este deporte al ayudar a los de menos de edad.

Neila va camino de convertirse en una auténtica experta. Tiene 12 años y lleva desde los 5 entrenando. Asegura que al empezar lo más difícil es ejecutar bien las técnicas y los pasos, ya que cada vez se van añadiendo dificultades. Mientras, valora especialmente que «al final te sabes defender mejor» y que esto le permite conocer a más gente de la zona. Eso sí, los combates los suele realizar con Gael, de 13 años. Emma, de 7 años, se declara una apasionada del kárate y se ve como futura profesora. El año pasado, incluso, acudió todo el curso a la clase de chi kung para adultos.

(El reportaje completo, en la edición impresa de este miércoles de Diario de Burgos o aquí)