Pocas cosas resultan más difíciles de imaginar que el mar si uno se sube, por ejemplo, al Mirador del Castillo. Aquí, en plena meseta-estepa, el azul infinito resulta casi de otro planeta; si huele a sal, será por la que se vierte para fundir el hielo de las calles en invierno y las únicas olas visibles son las que forma el viento al mover el cereal en las lomas castellanas. A pesar de esta ausencia evidente de credenciales marineras (aunque exista Consulado, hace siglos que no estamos en el negocio), un buen puñado de barcos han surcado los océanos con el nombre de la ciudad, 'Burgos'. En algunos casos, lo hicieron para honrar a esta capital, en otros es difícil saberlo pero, en todos, han lucido sobre el casco esas seis letras de puerto en puerto. Han sido, de alguna manera, uno de los nuestros.
Y, en un ámbito tan dado a la superstición como el naval, no se puede decir que esta elección siempre haya dado suerte. Ha habido de todo, desde salvamentos épicos y navegaciones apacibles hasta incendios pavorosos o hundimientos atroces, alguno provocado por los mismísimos nazis. El primero de la lista de navíos que lucía esta 'matrícula' en su piel fue construido en 1884 en Stockton-on-Tees (Inglaterra), encargado por H. Briggs, Sons & Co., de Hull, que no puede sonar más a compañía naviera del Imperio Británico. Era un vapor de carga que cambió de nombre, base y manos en numerosas ocasiones hasta su desguace en 1934: fue húngaro, portugués, griego y hasta letón. Vio mundo y consiguió trascender a su condición material convirtiéndose en obra de arte al ser pintado por James H. Wheldon en un óleo, que se puede admirar en el Museo Marítimo de Hull, en el que luce pintón cabalgando sobre las olas; tanto que dan ganas de alzarse en la proa y gritar La canción del pirata o algo de Lord Byron, opcionalmente blandiendo una botella de ron u otro licor marinero.
¡Es la guerra! El siguiente 'Burgos' resultó ser escandinavo. Construido en 1920 en los astilleros de Kristiania, este carguero pertenecía a la famosa naviera Fred Olsen, aún hoy una de las más potentes del mundo. Su existencia se vio truncada el 28 de marzo de 1940. Había comenzado la Segunda Guerra Mundial y se dirigía con sus portes desde Noruega hasta Inglaterra. Estaba ya en marcha la Batalla del Atlántico y la marina alemana hacía lo posible por bloquear los suministros a Gran Bretaña. Por su parte, la armada del Reino Unido, la Royal Navy, organizaba los famosos convoyes de barcos a los que escoltaba para librarlos de los ataques nazis. Ese día no hubo suerte. El convoy FS.131, formado por 28 mercantes y su escolta, no llegó completo. Cerca de la costa de Norfolk, el 'Burgos' chocó con una mina magnética que había dejado allí la Cuarta Flotilla de Destructores alemana y se fue a pique (momento del que existen imágenes). Los 33 miembros de la tripulación pudieron salvarse, mientras que las 3.000 toneladas de carga se fueron al fondo para toda la eternidad.
El petrolero ‘Burgos’ envuelto en llamas frente al puerto de Veracruz en 2016. - Foto: AFPTal vez en un afán por recordar a esta nave hundida, o presos de la melancolía, en la compañía Fred Olsen volvieron a contar con un barco con el nombre 'Burgos' en la posguerra. Fabricado en Goteborg, la naviera lo adquirió en 1954 y, hasta 1968, prestó servicio transportando plátanos entre Canarias e Inglaterra, como consta en los Archivos Nacionales Británicos. Un barco bananero llamado 'Burgos', ¿se puede superar?
Más hermanos. Los dos siguientes de esta lista se llamaron 'Ciudad de Burgos', disipando cualquier duda sobre a quién rendían homenaje. El primero nació en 1957 con el nombre 'Playa de Palmanova', que al poco cambió. Era propiedad de Transmediterránea y se trataba de un navío de pasajeros (y carga) que se trabajó líneas como Barcelona-Palma, Barcelona-Canarias o Alicante-Palma. En esta última, el 29 de enero de 1977, socorrió al yate 'Serena' que se encontraba a la deriva en las proximidades de Ibiza. Veinte años antes, había auxiliado al buque de su misma compañía 'Rey Jaime I' que había sufrido una explosión en sus calderas y estaba a la deriva, remolcándolo hasta Palma. Se trata, sin duda, del héroe de los 'Burgos', de hecho, su tripulación fue condecorada.
Una mina alemana acabó con un 'Burgos' en 1940. Otro, en cambio, tuvo una plácida vida como barco bananero
El primer ‘Ciudad de Burgos’ protagonizó dos rescates. - Foto: J.L. Olaran (Trasmeships)
Este barco fue desmantelado en 1980, y diez años después, Transmediterránea adquirió una nave a la que llamó de nuevo 'Ciudad de Burgos' y prestó servicio en la línea de carga de la Península a Canarias y a Baleares. Este segundo hermano tuvo peor suerte que su predecesor: en 2007 fue vendido a una firma turca que lo rebautizó como 'Hayat N'. Apenas un año más tarde, el 14 de septiembre de 2008, el buque zarpó de Bandirma (Turquía) a las 23.30 rumbo a Estambul con 96 personas, 73 camiones y 2 coches a bordo. Media hora después, y cuando estaba a unos 300 metros de la costa, el barco escoró y se hundió en menos de un cuarto de hora. Un pasajero resultó fallecido. Ya no se llamaba 'Burgos', pero igualmente se fue al fondo.
Hoy en día. Actualmente, una nave (al menos) recorre los mares con el nombre 'Burgos' pintado en el casco (en este caso blanco sobre negro). Se trata de un petrolero propiedad de Petróleos Mexicanos (PEMEX), por lo que quizás se refiera a la pequeña localidad de Burgos, en el estado de Tamaulipas. Este gigante protagonizó un incidente, el 24 de septiembre de 2016, cuando se encontraba anclado frente al puerto de Veracruz: simplemente explotó. El buque, que cargaba 167.000 barriles de hidrocarburos, se convirtió en un monstruo envuelto en llamas (fuego en el mar, pesadilla al cuadrado). El percance, que no causó víctimas, provocó el derrame de petróleo en las aguas del puerto, con graves consecuencias ambientales e importantes daños en el barco, que fue reparado.
El segundo ‘Ciudad de Burgos’ acabó hundido en Turquía. - Foto: J.C. Díaz (Trasmeships)Repasada la lista de los 'Burgos' que han navegado el ancho mundo en los dos últimos siglos habría un empate (a 3) entre existencias plácidas y vidas (o finales) tortuosos. No se podría decir, en sentido estricto, que el nombre 'Burgos' traiga más desgracia que ventura. Si se quisiera deshacer la igualada habría que mirar atrás en el tiempo y emergería, valga la tontería, el 'Santo Cristo de Burgos', un navío que cubría la legendaria ruta del Galeón de Manila entre Filipinas y Nueva España (actual México) y que se hundió 1693 con 231 personas y su carga de seda y cera de abejas para velas. Sus restos no fueron hallados hasta 2022 frente a las costas de Oregón, Estados Unidos.
Pero todas estas cosas, evidentemente, no son más que supersticiones marineras.