Las 5 vidas de Tomás y Marcial

I.P. / Quintanilla del Agua
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La Asociación Cultural El Concejo de Quintanilla del Agua, que celebra este año su 30 aniversario, reedita la revista 'El Bauto', que en esta nueva etapa será anual. Nació en 1982 y desde entonces ha muerto y resucitado varias veces

Cristina Núñez, presidenta de la asociación, con el primer número de hace 4 décadas, y el lanzando este año. - Foto: M.Á. de la Cruz

«Estaría corriendo detrás de las chicas», dice entre risas Félix Yáñez cuando se le pone delante el número 1 de aquella primera publicación del año 1980 llamada Colectivo Bauto y que sería el germen dos años después de la revista El Bauto y su caminar, que como el guadiana, va y viene, aparece y vuelve a dejar de publicarse; tanto es así que algunos vecinos de Quintanilla del Agua dicen que «tiene más vidas que los gatos». 

Aquel número uno de Colectivo Bauto fue el primero y el último, pero en él se involucró un grupo de vecinos con inquietudes y ganas de hacer cosas en el pueblo, entre ellos el propio Yáñez, que va haciendo memoria mientras ojea aquel ejemplar -se conservan todos de las distintas etapas-, su hermano José Luis, Purificación Lozano, Luis Briones, Jesús Usón, José Miguel Merino, Carlos Martínez y Valentín Usón, gente que siempre ha estado ahí, trabajando por el pueblo, aunque cada uno siguió después su propio camino, algunos fuera de Quintanilla y otros forjando su vida en el pueblo.

Pasarían dos años hasta que el gusanillo prendió en alguno de esos inquietos vecinos y volvieron a editar otra revista, esta vez con el nombre El Bauto y su caminar, con un número 0, al que siguieron una veintena más. Ahora, con las revistas esparcidas sobre la mesa del centro social, Félix va removiendo sus neuronas y aportando nuevos datos, como que en aquellos primeros números tenían como publicista y diseñador gráfico a Fermín González, el popular cura 'albañil', que ha instalado los tejados de las iglesias de media provincia. Algunos de los dibujos de la revista eran suyos y también de los hermanos Yáñez, que apuntaban maneras e, incluso, el diseño del Bauto de la portada, es obra de José Luis.  

Quien no tiene que bucear mucho en el pasado es Alipio Santamaría, que con una memoria prodigiosa recuerda mil anécdotas de aquella aventura literaria. Se trataba de hacer una publicación, que entonces era trimestral, que recogiera las cosas que iban sucediendo en el pueblo, y a la que se fueron incorporando con secciones propias algunos vecinos, entre ellos el propio Santamaría que posteriormente fue alcalde, de hecho entra en 1983 como regidor (actualmente es concejal). Él mismo recuerda que el alma máter de El Bauto y su caminar fue Rafael Martínez, natural de Quintanilla, pero que trabajaba en Burgos, en las oficinas del hospital militar. A él se encargaban de mandarle los escritos, fotos e historias sus respectivos autores para que diseñara la revista.

Una de las secciones que más enganchó fue la de Alipio, que a través de los personajes de Tomás (labrador) y Marcial (pastor), que representaban a dos vecinos cualquiera, contaban lo que sucedía en el pueblo a través de un diálogo no exento de picardía, gracietas y chascarrillos. Lo curioso, además, es que esa sección fue utilizada para hacer un teatrillo en la asociación cultural de la barriada Yagüe de Burgos. 

Noticias agrarias, resúmenes de los plenos municipales, los resultados del fútbol -porque ya Quintanilla tenía equipo de balompié-, nacimientos, defunciones, poesías... conformaban el resto de apartados con los que se llenaban las páginas de El Bauto, cuya vida se prolongó hasta el año 1988, con 21 ejemplares.

En 1994 vuelve a resurgir de sus cenizas. En esta ocasión ya de la mano de la Asociación Cultural El Concejo, que se había constituido ese mismo año. Esta etapa tuvo vida hasta 1996 y se publicaron 7 ejemplares. De nuevo, El Bauto deja de ver la luz. 

Pero la inquietud de los vecinos no se apaga y en el año 2000 se vuelve a editar, esta vez hasta 2007. Se tiran 13 ejemplares. Los miembros de El Concejo se atrevieron en 2012 a lanzar un único número especial en una especie de recopilatorio.

Han tenido que pasar una docena de años para que de nuevo vuelva a retomar su caminar la revista desde primeros de este año. Detrás está la nueva y joven directiva de la asociación El Concejo que preside Cristina Núñez, con Darío Yáñez como secretario, Itxaso Martínez como tesorera y Beatriz Briones, María Victoria Izquierdo, Susana López, Patricia López, Raquel Alonso, Luis A. Ortiz, Murad Merino, David Santamaría y Paula de la Peña como vocales. 

Nuevo formato. La revista se ha adaptado a los nuevos tiempos. Su tamaño es mayor y la calidad del papel, mejor. El Bauto, ese rostro que representa a un hombre cualquiera del pueblo, ha desaparecido y en su lugar se ha plasmado una imagen de Quintanilla, con la torre de la iglesia sobre los tejados, obra del artista murciano Pedro J. Sánchez, participante en el I Certamen de Pintura Rápida Territorio Artlanza que se celebró en julio del pasado año en Quintanilla y en Territorio Artlanza, el 'pueblo' en escultura creado por Félix Yáñez. 

En 43 páginas se resume un año en la vida de Quintanilla del Agua y sus gentes, con fotos de fiestas, tradiciones, deportes, reportajes de naturaleza, historia del pueblo y de la comarca o secciones como la del lector, archivo histórico, publicaciones sobre el municipio que han salido en distintos medios de comunicación, entre ellos Diario de Burgos, matrimonios celebrados, nacimientos, defunciones... y como en aquella edición de 1983, ahora también se publica una entrevista con el alcalde, Raúl Izquierdo, que ocupa el sillón municipal desde junio pasado tras ganar el PP las elecciones de mayo. Además, se ha rescatado a los míticos Tomás y Marcial, con rostros de 'verdad' (pero no del pueblo), que siguen haciendo gala de ironía para contar chascarrillos y hacer críticas 'constructiva' de las cosas que pasan «o no se hacen» en el pueblo.

Cristina y Darío -que también estaba en la directiva anterior- como el resto de la junta, se muestran ilusionados y están haciendo un gran trabajo. De hecho, explica Darío se han digitalizado todos los números de El Bauto y su caminar. 

Él ha sido el impulsor de esta nueva etapa de la revista, que empezó a pergeñar durante la pandemia. Yáñez y Núñez inciden en que la directiva actual es gente joven y con ganas de hacer actividades. «Ahora la revista es más del pueblo de todos, no tiene ese carácter político de ante», añade Darío, que explica que es más como perpetuar las cosas que pasan, «esas de las que también se van enterando los vecinos por WhatsApp».