El arzobispo, Mario Iceta, preside en las Huelgas la misa del Curpillos, ante autoridades y decenas de personas, que abarrotan la nave central y las exteriores del Monasterio cisterciense. También hay gente esperando fuera, a pesar del calor.
Es la primera vez que Iceta preside esta ceremonia - "estoy de estreno", ha dicho - y ha recomendado asegurarse de la presencia continuada de Cristo "en nosotros" antes de disfrutar de "banalidades" como el Parral. "Aunque se acabe el chorizo y el morro y la morcilla, Cristo permanece", ha dicho.